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Libro 6 26 - 30 Cada una de estas páginas contiene 5 cartas |
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26
¿DONDE ESTAN LOS OTROS NUEVE?
Jesús nunca salió para sanar a los enfermos, sino más bien
salió para predicar. Pero cuando El anunció la Buena Nueva de la
salvación, una parte integral de su misión era sanar a los enfermos.
La palabra de Dioses como una lluvia bajando del cielo que no vuelve sin
empapar y fecundarla tierra. La Palabra de Dios brilla en las tinieblas
de las tempestades de la vida orientando y consolando las ovejas
descarriadas. En fin, la Palabra de Dios que brilla en las tinieblas se
hizo carne por la Virgen María para manifestar el amor cariñoso del
Padre. La corona de la caridad es la misericordia. El Evangelio de Jesús
verdaderamente es "Buena noticia" para todos, pero de una
manera especial para los abandonados. Jesús, manifestó una opción
preferencial por cuatro grupos durante su ministerio público: los
pecadores y los pobres, los pequeños y los enfermos. "Sí, Padre,
yo quiero tener un corazón de niño para amarte a ti. Un corazón bien
simple, un corazón abierto, un corazón fraterno, un corazón
sincero".
El grito de los leprosos en el Evangelio es el clamor de los países
pobres del tercer mundo: "Jesús, Maestro, ten compasión de
nosotros". La lepra era una enfermedad temible y contagiosa durante
la vida de Jesús en la tierra. La lepra hoy día, aún más que la
enfermedad física, es la enfermedad moral y espiritual. Cuántos se
sienten vacíos y muy solitarios en el mundo actual, sin rumbo ni
dirección en sus vidas. Cuántos se sienten atropellados y desanimados
sin ganas de estudiar y trabajar. ¿Qué dice Jesús a ellos?
"Vuelve a la casa de mi Padre. Limpia su alma y su corazón en la
Sangre del Cordero quitando el pecado del mundo. Como San Pablo dice,
"Si hemos muerto con él, con el también viviremos. Si sufrimos
pacientemente, también reinaremos con Él".
Gracias a Jesús por el Espíritu, las sanaciones y liberaciones
vuelven a la Iglesia como en el principio. Como en el tiempo de Cristo
por cada diez sanados, uno solo vuelve para agradecerle. Y el era un
Samaritano, rechazado por los Judíos y despreciado por la sociedad. «Al
verse sano, volvió de inmediato. Llegó alabando a Dios en alta voz y
echándose a los píes de Jesús, con el rostro en tierra, le daba
gracias". Jesús entonces preguntó, ¿No se sanaron los diez? ¿Dónde
están los otros nueve? Dios es un buen Padre ofreciendo a todos salud,
trabajo y vida. Él espera una sola cosa de nuestra parte: "La
gratitud como generosidad. "El perdón de nuestros pecados como
nosotros perdonamos a los que nos ofenden. El nos bendice hasta bienes
materiales cuando estamos imitando su generosidad en ser misericordiosos
con los demás pobres. "Si lo negamos, el también nos negará. Si
somos infieles, él permanece fiel porque no puede desmentirse a sí
mismo". 27
LOS CRISTIANOS ¿QUIENES SON?
Por primera vez los discípulos de Jesucristo fueron llamados
"Cristianos" en Antioquia. Desde el principio el cristiano era
muy dinámico saliendo para predicar. Caminando por los caminos de Jesús
hacia la patria celestial, los peregrinos del amor son los convertidos
al Señor. El Evangelio del Señor es la noticia más buena en la
historia humana. ¡Qué lindo ese caminar de los que traen buenas
noticias!, dice San Pablo. "El mundo sin Cristo está lleno de
malas noticias: guerras, injusticias, saltos e hipocresías". El
mensaje de Salvación de Cristo es poderoso cuando el Espíritu está
acompañando la Palabra con signos. El mundo quiere ver a jóvenes
felices en su caminar con Jesús. El mundo sería convencido de la
Resurrección en el Señor, cuando los hogares más difíciles sean
salvados. "Qué lindo ver por los montes los pasos del que viene
con buenas noticias, que anuncia la paz, que trae la felicidad, que te
anuncia tu salvación".
Pero el Evangelio de Jesús es mucho más que Palabras escritas y
mensajes predicados. Es la vida en toda su plenitud que atrae a los
desanimados y afligidos, al Señor. "Vengan a mi”, dice Jesús,
cuando ustedes se sientan agobiados, tristes y cansados. Yo os aliviaré".
La Buena Nueva es fuente de esperanza y fuerza de alegría para el mundo
actual tan frustrado por los placeres de la carne. La búsqueda a un
Dios, muy cerca y accesible, por los deseos espirituales termina en un
encuentro con el Agua Viva. Basta los días de venganza y odio. Basta
las horas de violencia y rencor. Basta las vidas sin rumbo y sin
sentido. "Me envió para consolar a los que lloran y dar a todos
los afligidos de Sión, una corona en vez de cenizas, el aceite de los días
alegres en lugar de ropa de luto, cantos de felicidad en vez de
pesimismo".
¿Quiénes son los Cristianos? Caminando por los caminos del
amor, los cristianos constituyen un Pueblo Nuevo, un Pueblo de Dios. Los
viajeros están presentes en el mundo del trabajo como obreros de la
justicia construyendo un mundo mejor. Ahora en toda América Latina la
iglesia de Cristo está lanzando una nueva Evangelización. Cada
Cristiano y todas las familias deben escuchar el mandato misionero en su
corazón: "Vayan y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos".
Todos los discípulos de Jesús ya son hermanos para levantar un signo
de amistad profunda en un mundo desgarrado y atormentado. El mundo mismo
está esperando su liberación por los Hijos de la Resurrección.
Sembradores de justicia y esperanza, los cristianos quieren cosechar el
fruto de la paz con amor. "Vino como Evangelizador de la Paz, paz
para ustedes que estaban lejos, paz para los Judíos que estaban cerca.
Por El, en efecto, llegamos al Padre, los dos pueblos, en un mismo Espíritu. 28
CUANDO
LOS SANTOS MARCHEN YA
"Todos Santos es una de las fiestas más alegres cada año
en la Iglesia. Es como mirar con San Juan y ver un gentío inmenso
imposible de contar, de toda nación, raza, pueblo y lengua que estaba
de pie delante del trono y del cordero, vestidos de blanco. Llevaban
palmas en las manos y gritaban con voz poderosa: ¿Quién salva sino
nuestro Dios que se sienta en el trono Ve¡ Cordero? "Más que nada
es una fiesta de mucha esperanza que hace las penas más livianas y las
alegrías más profundas. Tantas veces peregrinando en la tierra, no
tiene mucho sentido humano estudiar y trabajar fuerte cuando hay otros
que por la droga y el contrabando caminan por los caminos más fáciles
y aparentemente más bendecidos". Pero mirando más allá que los
placeres pasajeros y los aplausos superficiales vemos la recompensa que
no nos engaña, la felicidad que nunca termina, la Patria Celestial.
Sí, Jesús dice, felices son los pobres del espíritu, los
mansos y aquellos que lloran porque todos los bienes materiales en el
mundo entero no pueden dar un momento de consuelo a los atormentados del
alma, a los desconsolados del espíritu, a los fracasados del corazón.
También el Gran Maestro de los secretos escondidos en cada corazón nos
enseña que aquellos que aman la justicia con hambre y sed y son
compasivos van a ser felices, porque Dios es un Padre que ama a los
justos y a los misericordiosos. Los obreros de la justicia y los
peregrinos del amor pasan por quebradas muy oscuras sin sufrir derrotas
porque el Buen Pastor camina con ellos y su bastón y su vara los
protegen. Felices también son aquellos con corazones sencillos y
sinceros, con un espíritu fraterno y abierto; van a encontrarla amistad
y la comunión con Dios, constructores de un mundo nuevo y de paz. Pero
lo más grande, y lo más terrible, es la felicidad de los perseguidos,
los encarcelados, los torturados, en fin los mártires por defender a
los pobres y pequeñuelos, los oprimidos y abatidos, murieron un amor
crucificado en una carne débil no abatida".
Así son los santos marchando hacia la Patria Celestial con su
Cruz a cuesta anhelando y suspirando el Gran día de la Corona en vez de
Cruz. Mientras tanto, cuando estamos todavía en este cuerpo, vivimos en
el destierro mirándolo al Cristo de la Gloria como de lejos. Y aunque
poseemos las primeras experiencias de la felicidad eterna por el Espíritu,
gemimos en nuestro interior y ansiamos cada día estar más plenamente
con El. Ese mismo Amor nos incentiva a vivir más y más para Aquel que
murió y resucitó, así revestido de la armadura de Dios para
permanecer firmes contra las asechanzas del demonio y resistir en el día
malo. Y como no sabemos el día ni la hora, es necesario, según la
admonición del Señor, que velemos constantemente, para que, terminando
el único plazo de nuestra vida terrena, merezcamos entrar con el a las
bodas y ser contados entre los elegidos".
Así está orando el Sabio en el libro de la sabiduría:
"Por que tú amas todo lo que existe y no aborreces nada, tu tienes
lástima de todo: Por que todas las cosas son tuyas, Señor que amas la
vida. Por que en todas las cosas está tu espíritu inmortal." El
evangelio hoy día nos presenta el hermoso encuentro entre Jesús y
Zaqueo. San Lucas nos enseña aquí más de la misericordia y la
mansedumbre de Jesús que los otros Evangelistas. A pesar que Zaqueo era
muy rico el tiene nombre, porque era pequeño en estatura de orgullo y
muy grande en deseos espirituales de "Ver" como era Jesús.
Para ver a Jesús hay que correr adelante y subir al árbol de la Santa
Cruz. El prometió atraer a todos a él, suspendido entre el cielo y la
tierra en el "Árbol de la vida". Jesús llegó, levantó sus
ojos y le dijo: "Zaqueo, baja pronto, por que hoy tengo que
quedarme en tu casa ".
Cuantos jóvenes, profesionales, hasta políticos,
"cobradores de impuestos" injustos, por coimas y sobornos, están
llegando al encuentro misericordioso con Jesús. Saciados por la
corrupción moral e indignados por el abandono espiritual muchos quieren
ver a Jesús. En la soledad interior y la hipocresía exterior ellos
sienten la necesidad de encontrar algo y alguien que hable del espíritu
inmortal. Como Zaqueo, ellos están subiendo muchos "Arboles de la
Vida" para escuchar la voz del Buen Pastor: "Baja pronto,
Joven Rico, por que hoy tengo que quedarme en tu corazón". Como
Zaqueo, ellos bajan rápidamente y lo reciben con alegría. Con eso
comienzan las críticas y los comentarios, "El Cristianismo no es
auténtico por que sus profetas deben saber que clases de pecadores están
recibiendo. Otros van a decir, "Así es la Iglesia siempre al lado
de los ricos pecadores diciendo que, ellos también son Hijos de
Abraham, hijos de Fe".
La autenticidad de conversión no es tanto en largos rezos y múltiples
visitas al templo. Más bien todos quieren escuchar y ver a los Zaqueos
modernos diciendo: "Señor, voy a darla mitad de mis bienes a los
pobres y a quien he exigido algo injustamente, le devolveré cuatro
veces más".
Jesús va a decir, " hoy ha llegado la salvación a esta
casa ". Con nosotros está y no lo conocemos. Con nosotros está su
nombre es el Señor y pasa hambre y clama por la boca del hambriento. Y
muchos que lo ven pasan de largo acaso por llegar al templo. Su nombre
es el Señor y sed soporta y está en quien de justicia va sediento. Y
muchos que lo ven pasan de largo a veces ocupados en sus rezos.
El hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que estaba
perdido. Jesús no vino para condenar el mundo del pecado si no para
salvar y perdonar. Todas las obras de Dios comienzan y terminan en la
misericordia, la corona de la caridad. La compasión del Padre en Cristo
es como una lluvia dulce bajando del cielo regando los corazones áridos
y secos con ríos de agua viva.
"Señor, que amas la vida, tu llamas a todos los que pecan
de manera que descubran en que pecaron, para que se arrepientan de su
maldad y crean, Señor en ti".
Jesús nos enseña cuatro verdades muy profundas en el Evangelio
de hoy. La primera es la confianza en la resurrección de los muertos y
la Vida eterna. Su razón es sencilla: "Dios no es Dios de los
muertos, sino de los vivos; pues para EL siguen viviendo". EL Señor
de los vivos siguen dando vida, y vida eterna, a Abraham, a Isaac y
Jacob quienes murieron en cuerpo hacía muchos siglos. La esperanza de
todas las esperanzas es sentir con Job, "Yo me pondré de pié
dentro de mi piel y en mi propia carne veré a Dios". Todos
nosotros sabemos que hay más en nuestros corazones que los deseos
carnales, que hay más en nuestras almas que la vida terrenal y que
nuestro espíritu humano busca a Alguien que sobrepasa todos los límites
humanos, nuestro Dios.
Mi corazón desfallece esperándolo, yo lo contemplaré, yo
mismo. El es a quien veré y no a otro".
Pero el Señor nos enseña una segunda verdad igualmente profunda
y sencilla: "Aquellos que merezcan tener la otra vida y resucitar
de entre los muertos no morirán. ¡Gloria a Dios! ¡Gloria al Cordero
sentado a la derecha del Padre! Es El que abre el libro de la vida y se
regocija con los redimidos en su sangre, en su Amor, salvados de la
segunda muerte, el lago de! fuego". Pero ellos, resucitan muy
diferentes que en este mundo porque serán ° Semejantes a los ángeles."
Qué feliz es pensar así, una vida sin el cuerpo y sus necesidades
corporales, una vida sin los dolores y las dolencias, y una vida
plenamente feliz. Pero la Vida Nueva con los ángeles es muy activa, muy
dinámica: "Ellos brillarán y saltarán como chispas en un pajar
encendido. Gobernarán a las naciones y dominarán a los pueblos, y el
Señor será su Rey para siempre".
El tercer punto sobre la vida de los resucitados en Cristo es que
no se casarán como los hombres y las mujeres de este mundo. El único
matrimonio en la patria celestial es entre Cristo y su Iglesia, que Jesús
quiere que esta esposa suya sea Santa. "Deseaba presentársela a sí
mismo muy gloriosa, sin mancha ni arruga ni nada parecido, sino Santa e
Inmaculada:” Así vemos la nobleza de todos los matrimonios hechos en
El, espejos y reflejos de la Esperanza feliz, casarse eternamente con el
Unico Esposo siempre fiel. El Espíritu y la esposa dicen: " ¡Ven!
Que el hombre sediento se acerque, y quien lo desee reciba el agua de la
vida."
La cuarta verdad tan corta en su expresión y tan fuerte como una
explosión. "Y son hijos de Dios pues El los a resucitado" La
vida eterna puesta gratuitamente puesta en el centro de nuestros
corazones produce un grito de esperanza feliz: "Abba Padre, venga
tu Reino! Así la vida eterna no es simplemente la vida humana y un poco
más. Es un morir a todo lo humano para renacer en lo divino, criaturas
nuevas, misioneros a una nueva creación. Como San Agustín dice:
"Cantadle un cántico nuevo. Despojaos de lo antiguo ya que se los
invita al cántico nuevo. Nueva persona, nuevo testamento, nuevo cántico.
El nuevo cántico no responde al hombre antiguo. Sólo pueden aprenderlo
los hombres nuevos. Por Jesús suspira nuestro amor, y canta el cántico
nuevo".
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