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Libro 6 66 - 70 Cada una de estas páginas contiene 5 cartas |
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LO
QUE ES BUENO,
Jesús dice, "No piensen que he venido a traer la paz a la
tierra; no vine a traer la paz sino la espada". Quien dice eso
seguramente está muy equivocado y está falsificando la Palabra del señor.
¿Cómo es posible ver a Jesucristo como fuente de discordia y división
en la familia y causa de un dolor destructivo de la vida?. Pero hermanos
en Cristo, nuestro Salvador tiene una Paz especial para sus discípulos
que EL exige todo para recibir todo. La Paz de Jesucristo no es una
simple ausencia de guerras y conflicto, sino, una plenitud de vida y
vida nueva. La paz de Jesucristo no es una tensión tirante entre
fuerzas opuestas de enemigos sin matar, sino de una armonía dinámica,
compartida entre poderes unidos para construir. La paz de Jesucristo no
es una dominación despótica de los poderes sobre los humildes, sino
una postura sincera de servir y no ser servido. Aquellos que buscan una
paz falsa como el rico en sus banquetes suntuosos, en sus vestidos
lujosos y en sus posesiones superfluas, son sorprendidos al ver al pobre
Lázaro entrando en la paz verdadera con su Dios.
El camino del arrepentimiento, de la conversión, es el primer
paso para entrar en la Paz de su Reino. Cuando Cristo vino a mi corazón
mi vida entera cambio, su paz y su amor alejaron de mí las dudas, las
sombras y el temor.
Pero caminando un paso más por los caminos mejores que llegan a
la paz de la reconciliación. Veamos la misma creación gimiendo y
llorando, esperando su liberación por los Hijos de la Resurrección.
Vemos pueblos y naciones sumamente avanzadas en las ciencias y la
tecnología, pero más y más atravesados en la serenidad y la
tranquilidad. Vemos tantos hogares y personas rodeados de muchas
riquezas exteriores, pero atormentados y perturbados por el vacío
espiritual interior. Esta vida llena de tensión y división no es un
camino que llega a la paz. Dios en Cristo está reconciliando todo lo
que existe, por su Hijo, por su sangre derramada en la Cruz, Dios está
orando la paz, tanto sobre la tierra como en el cielo. Por eso los
caminos de la Paz son caminos de la no - violencia, del diálogo
fraternal y de las manos de la misericordia. Los cristianos son pacíficos
y no tienen vergüenza de sacrificar sus vidas como Cristo, para
reconciliar a sus hermanos. Pero el Cristianismo más auténtico no es
pacifista, con sus brazos cruzados, mirando el sufrir injusto de su
pueblo. El sabe que el nombre nuevo de la paz, es el desarrollo integral
que exige compromisos muy concretos de luchadores por lo justo con amor.
Si, "a la batalla Jesús nos llama. Va con nosotros en Capitán.
Marchemos pues a combatir a los ejércitos de Satán" Ahora hermanos de la paz en Cristo, podemos escucharlo más perfecto en los caminos de la paz. Jesús dice, "La paz les dejo, pero mi paz les doy. La paz que yo les doy no es como la que da el mundo. Que no haya en ustedes ni angustia ni miedo". Gracias y gloria al Señor, la paz pascual de los Cristianos es más y más experiencia personal y comunitaria de los resucitados en El... Jesús es el camino y Jesús es nuestra Paz. Todos los que aprenden las lecciones terribles de la Santa Cruz, anden con el Libro de la Vida en la mano, pero con el resucitado en el corazón. Ellos entienden bien que, " No es digno de mí, el que no toma su Cruz para seguirme. El que procura salvar su vida la perderá y el que pierde por amor a mí, la hallará". Con el canto de San Francisco en la boca, ellos quieren ser los evangelizadores de la Paz: "Hazme un instrumento de tu Paz, que lleve tu esperanza por doquier. Donde haya oscuridad, lleve yo tu luz. Donde haya pena, tu gozo, Señor". 67 SI
YO NO TENGO AMOR, NADA SOY, SEÑOR
Cuando San Pablo termina su himno a la caridad, en su primera
carta a los Corintios, hay tres cosas muy grandes en el Cristianismo; la
fe, la esperanza, y la caridad; pero lo más excelente es la caridad. El
amor en Cristo es más fuerte que la muerte y más poderoso que el
pecado. Si la Fe es capaz de mover montañas y la esperanza vence a la
tempestad más huracanada, es el amor de Dios morando en nuestros
corazones que convierte los lamentos en bailes del Señor. Por el Amor,
el Hijo eterno bajó del cielo envuelto en pañales por nuestra Madre de
misericordia, la Virgen Marta. Por el mismo Amor de Jesús la pecadora
de Magdala está cambiada en la Santa Betania. El poder de la caridad
era tan grande en Jesús, que su voz - poderosa sacó a Lázaro de la
tumba, resucitó a la hija de Jairo de la muerte y levantó al hijo de
la viuda de Naim de su ataúd. Es la misma fuerza de la caridad divina
penetrando todo lo humano que hace a "Jesús victorioso en la Santa
Cruz, y glorioso en su Resurrección. Por eso todos decimos ¿Quién nos
separará del Amor de Cristo?" ¿Las pruebas o las angustias, la
persecución o el hambre, la falta de ropa, los peligros o la espada?
No!, en todo eso triunfaremos por la fuerza del que nos amó".
Hay mucho amor en el mundo mismo inspirando sacrificio de
nobleza, como hay un sinnúmero de desamores aprovechando a los débiles
de la tierra. Si, hay mucho amor, pero poca amistad, hace al amigo como
el otro yo, y produce una Identidad en pensamientos y una constancia en
sacrificios. Mientras el amigo de nobleza eleva mente y corazones más
allá de los gustos de diversión y contento del trabajo en común. Por
la Gracia de Dios puesta en nuestros corazones podemos encontrar una
amistad con El. Ser amigo verdadero de Dios, es entrar en comunicación
en alegrías y esperanzas. Eso es el tesoro más grande que Jesús
prometió a aquellos que aman al Señor: "Mi Padre lo amará y
vendremos a El para hacer nuestra morada en El". Imaginemos que
privilegio más grande, tener a Jesús y a su Padre como amigos
verdaderos morando en nuestros corazones. Entrar en comunión con Ellos
es encontrar el descanso espiritual que revela el secreto de la vida, la
felicidad mirando el Rostro de mi Dios. Por eso cantamos "Mora en mí,
Amado mío, ven hacia mi sacia tu sed. Mi fuente en ti se vuelve río.
Lo que tengo, lo que soy, a todos doy"
Hay un Amor, una amistad tan grande en Cristo que sólo el Espíritu
puede dar una hermandad que es la Iglesia del Señor. El Espíritu desde
toda la eternidad es el Amor de los Amores y el Don de los Dones. El es
el alma de la Iglesia soplando vida en la hermandad. Este Amor tan
grande y tan sencillo es lo que el Nuevo Pentecostés está manifestando
en muchos hermanos. Este amor tan precioso hace que todos canten,
"Si yo no tengo amor nada soy, Señor. Si reparto todo lo que poseo
a los pobres, y si entrego hasta mi propio cuerpo para ser quemado, pero
sin tener amor, de nada me sirve:' Cuando la amistad entre hermanos en
Cristo florece por el Espíritu, todos van a decir, "Mira a los
Cristianos, como ellos se aman los uno a los otros. Mira como ellos
cuidan a sus enfermos y pobres. Mira como no hay entre ellos las
desigualdades sociales y raciales como el mundo sin Fe. Sí, este es el
amor más fuerte que la muerte que perdurará por toda la eternidad. "Déjame
cantarla canción de mi amigo por su viña", dice el profeta Isaías.
Dios estaba tan feliz con su pueblo entrando en la Tierra Prometida,
después de salir de la esclavitud en Egipto, que derramó toda clase de
bendiciones sobre ellos. El hizo una alianza de esperanza y amor y
prometió darles una protección contra sus enemigos. Dios mandó
grandes santos como Moisés y fogosos profetas como Elías para orientar
a su pueblo en la búsqueda de la felicidad. Pero Israel siempre era
infiel. Hasta sus reyes, sacerdotes y profetas todos doblaron sus
rodillas ante Baal, el dios falso de los paganos. "El esperaba
rectitud y va creciendo el mal, esperaba justicia y sólo se oye el
grito de los oprimidos". Constantemente el Señor prometió mandar
a un Mesías, un Salvador, para redimir sus errores y darles una viña
nueva, y un canto nuevo del amor. Otra vez se va a cantar el cántico de
la viña del Señor.
Cuántas personas se sienten así ahora. El otro día, un gran
profesional nos dijo que hasta que terminó el colegio, en Sucre, era un
católico ferviente. Su oración diaria era muy bendecida con
meditaciones bíblicas. Le gustaba mucho participar en la misa con el
cuerpo y la Sangre de Cristo. Pero más tarde hizo sus estudios
universitarios en la Argentina y en Francia, donde la mayoría de los
profesores eran ateos y marxistas. El, por ser muy joven perdió
completamente su fe en Jesucristo y su Iglesia. Entró en el Partido
Comunista con mucho entusiasmo, pensando que el socialismo marxista era
la única esperanza para Bolivia. Se casó con una Jovencita de Santa
Cruz, profundamente católica por familia y tradición. Por algunos años
todo fue bien hasta que sufrieron una estafa grande y quebrantamiento de
su salud. Ya todos sus estudios científicos y teorías revolucionarias
aparecieron vacíos y engañosos frente a la realidad de la muerte. Con
su esposa más firme que nunca en Cristo, los dos comenzaron a orar y a
pedir como nunca la bendición de Dios y la Salvación en Cristo. Jesús
los escuchó con un Nuevo Pentecostés, un derramar del Espíritu Santo
con tanto poder que el hombre se sanó totalmente en pocos días y la
amargura de la estafa desapareció en el amor del espíritu. Ya pasaron
ocho años a los más tarde y ellos siguen felices en el Señor. Además
están entre los más comprometidos con los pobres.
Verdad, como el Salmista dice, "La piedra que los
constructores rechazaron ha vuelto a ser la piedra angular de la Casa
del Señor". Ellos están cantando "el Canto de la Viña
Nueva".
Más allá de la bendición de una conversión salvífica y una
vida transformada, está la misión fructífera como evangelizadores de
la Paz de Jesucristo. La vida de oración sencilla produce la Paz de
Dios, que es mucho más poderosa de lo que podemos imaginar. Una vez que
la persona tiene los pies plantados en el Reino de dios y su Paz, el
compartir con muchos hermanos es una comunión pacífica, dinámica y
constructiva. El Dios de la Paz es el Padre de una nueva creación que
gime y espera su liberación por los hijos de la Resurrección. Vivimos
en días y noches de mucha tensión y peligro que el Buen Pastor quiere
vencer. El cántico nuevo de la Viña del Señor promete una América
Latina más y más libre rejuvenecida, verdaderamente el continente
joven vuelve a ser el continente de esperanza y amor. La nueva alianza
en Cristo es una fuerza renovadora como un Nuevo Pentecostés. Con Jesús
podemos decir, "El Espíritu de Dios está sobre mí, porque El me
ungió para anunciarla Buena Nueva a los pobres, para dar libertad a los
cautivos, para abrir los ojos a los ciegos, para dar libertad a los
oprimidos y par a proclamar un año de jubileo en el Señor. 69
YO LO PUEDO TODO EN AQUEL QUE ME
FORTALECE Cuando
el Ex- Presidente Jaime Paz, usó este texto bíblico en su discurso
inaugural causó una sorpresa muy agradable en todo el pueblo Boliviano.
Como lema de su presidencia inspira mucha confianza. Para gobernar bien
un país, los líderes necesitan mucho coraje y fortaleza. La valentía
de los mártires no está en las fuerzas humanas. "aquel que me
fortalece" para el combate espiritual, es El que venció la muerte
en la Santa Cruz. Es el que vive hoy día en los Cristianos convertidos
para cambiarla cobardía en la victoria divina. Sí, es el que cambia
las derrotas de la vida en las alegrías de esperanza. Decir, "yo
lo puedo todo", sin El, es el colmo de la soberbia. Pero decir, de
todo corazón, "Yo lo puedo todo en El, con El", es la corona
de la humildad cada vez al comulgar con mucha Fe, el Cristiano muere a sí
mismo, para ser transformado en la Nueva Vida de El. El que murió, ya
no muere más. Era tan fuerte su Amor que de la muerte triunfó. De la
tumba sale libre y vencedor.
Seamos vencedores y también vencidos por su Amor. El Señor nos
da su Amor como nadie nos lo dio. Vemos que Jesús siempre está
presente en bodas de matrimonio y no en lutos de funerales. A El le
gustan las fiestas de alegría y no las comidas de tristeza. El comunica
su vida en banquetes de Amor y su Amistad en la mesa de la hermandad. El
que bajó del cielo como Pan de Vida, quiere ser el Dios de los vivos y
no de los muertos. Cuando compartimos su Amistad su Amor no está
dividido ni destruido, sino que aumenta y crece. Cada uno puede recibir
todo y al consumir su Amor la presencia se intensifica en cada uno y en
todos. Qué misterio más maravilloso! ¡Qué banquete más grandioso!
Cuando hay más y más comensales, no hay menos para cada uno. Todos
participan en todo. La amistad crece, la verdad brilla y el amor arde.
El odio muere, la mentira huye y el desamor desaparece. Al partir juntos
el pan, El nos llena de su amor. Pan de Dios, el Pan comemos de amistad.
Sí, el Maestro de la felicidad y El Pedagogo de la santidad nos
invite a su mesa, "Pasen por aquí las personas sencillas. Dejen lo
que no sirve y vivirán. No importa que están sin plata, vengan no más.
Pidan trigo para el consumo, y yo les daré el Pan del Cielo. Pidan
también vino y leche, sin pagar y yo les daré la sangre del cordero.
¿Para qué van a gastar su dinero en lo que no es Pan, y su salario en
cosas que no alimentan? Atiéndanme y acérquense a mí, escúchenme y
su alma vivirá! El precio de la salvación ha sido pagado. EL misterio
de la Redención ha sido cumplido. La fuerza de la liberación ya está
liberada. Sí, yo lo puedo todo en aquel que me fortalece para ser todo
nuevo en su Espíritu de Amor. El me fortalece para construir una nueva
civilización del amor y conquistar un mundo de paz. Y Ella, que es
Reina de la Paz, vendrá para caminar con nosotros, Sí, María ven con
nosotros a caminar, Santa María, Ven! Seis
siglos antes de Cristo, Dios levantó un líder muy grande en Persia,
llamado Ciro. El Pueblo de Dios, Israel, estaba en Babilonia en
cautiverio hacía 50 años. Cuando Ciro conquisto Babilonia, publicó un
decreto, dando libertad religiosa a los israelitas y ayudándoles a
regresar a la Tierra Santa. El era un hombre de muy buen corazón y de
sentimientos muy nobles, pero sin fe en Dios -Yavé de los Israelitas.
Lo raro es leer en la Biblia que Ciro fue "Ungido por el Espíritu
de Dios" como "Libertador de Israel" Que lección más
grande para todos nosotros en el mundo actual, donde hay tantas
personas, como Ciro, de muy buena voluntad que no creen en Jesús. Ellos
también son Hijos de Dios, e instrumentos de paz y justicia en la
tierra.
Mijail Gorbachov, el presidente de la Unión Soviética, es un
hombre así como Ciro, en su tiempo. Dentro de cinco años, ha sido
responsable por algunos de los cambios más grandes en toda la historia
humana. El terminó, la llamada carrera armamentista, la amenaza de una
guerra nuclear y la división ideológica del mundo en Este y Oeste. La
liberación de los países de Europa Oriental, del Comunismo, es una
obra de su bondad. Sobre todo, su “Glasnot” y su
"Perestroika" en la misma Unión soviética es casi un milagro
de liberación histórica sin violencia. Qué lección más grande para
todos nosotros los Cristianos, de darle al César lo que pertenece al César
y darle a Dios, lo que pertenece a Dios. Dios de la historia humana y de
los Césares, es el mismo Dios de la Iglesia de Jesucristo. El que ama a
todos los pueblos y sus líderes. Cuando él encuentra hombres y mujeres
de buena voluntad, como Gorbachov, las maravillas salen por sus Ungidos
y Liberadores en la historia humana.
Pero muchas veces los Césares no son de muy buena voluntad.
Ellos no quieren dar a Dios lo que pertenece a Dios, la adoración y el
incienso de lo divino. Siempre hay persecuciones religiosas como en el
principio del Cristianismo con miles y miles de mártires. Por eso Pablo
dice, "Pon tu Fe en acción, tu Amor en obras y tu Esperanza en
fortaleza”. Hay que obedecer a Dios y no a los hombres, cuando quieren
recibir la adoración divina. Nadie puede echar incienso a un César
como al Dios verdadero. En nuestro tiempo hay tantos dioses falsos de
palta, placer, y poder. Pero también hay muchos martirios falsos de
sufrir hasta la muerte por convicciones ideológicas, revoluciones políticas
o terrorismo anárquico. LA fidelidad diaria al Mártir de los mártires
Jesucristo, en las pequeñas cosas, es el Espíritu de un Cristianismo
que remueve la faz de la tierra y de la Iglesia.
Cuando pensamos que "la Sangre de los mártires es la
semilla de la Fe", es necesario revisar la escala de nuestros
valores en la vida. Podemos decir con Jesús en el huerto, "Padre
yo no quiero tomar este cáliz, pero sí, es necesario, hágase tu santa
voluntad y no la mía".
Cuánta cobardía sube en nosotros cuando pensamos en las
torturas, los salivazos y la crueldad de la Cruz! Cuánto terror penetra
en nuestras almas en escuchar un día: "Tú tienes cáncer muy
avanzado con tres meses de vida, o tú tienes el SIDA con ocho meses de
abandono y un morir horrible". Qué urgente es decir diariamente
con todo corazón: Señor, sin Ti, no puedo hacer todo. En tus manos
encomiendo mi Espíritu.
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