Libro 5           85 - 88        Cada una de estas páginas contiene 4 cartas

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CARTA    87  
CARTA    88  

 

85              EL PODER DE LA ORACIÓN

 La Fe mueve las montañas, pero la oración mueve el corazón de Cristo. La Fe es la victoria que vence este mundo del pecado, pero la oración es la fuerza del Espíritu que hace una nueva creación. La Fe calma la tempestad del mar, pero la oración abre los ríos de Agua Viva. Se ve en la Biblia que el Poder de la alabanza es la oración más eficaz. La Virgen María comenzó "su Magnificat" con la oración de alabanza: "Mi alma alaba al Señor, y mi Espíritu se regocija en Dios mi Salvador." Cuando los apóstoles comenzaron a alabar a Dios la misma casa comenzó a temblar. Con las alabanzas de San Pablo y Silas, las puertas de la cárcel se abrieron. Hoy en día la Iglesia Católica está recuperando el Poder de la alabanza en sus oraciones oficiales. Algunos hablan de las Misas anteriores como "Muertas" y con la alegría del Espíritu muchos sienten las Misas como Fiestas de Fe. La diferencia entre ritos y ceremonias medio muertas y celebraciones llenas de gozo, es muy grande.

La oración más bendecida está hecha en el Poder del Espíritu. El Espíritu Santo es el "alma" de la Iglesia y cuando El derrama su amor, el Fuego arde más y más. Cuando los cristianos no saben orar, el Espíritu comienza a orar con nosotros en gemidos y llantos. Por lo general la oración de intercesión pública es tan fuerte en el Espíritu, que, alguien siente que su corazón va partirse. Un hombre nos dijo en Costa Rica, que Dios pidió, noches enteras de oración en el poder del Espíritu para evitar terremotos. Una noche él se descuidó y alas tres de la madrugada, Dios lo despertó clamando: "Orad como nunca en tu vida, si no, dentro de tres horas esta ciudad va a ser destruida y también tu casa". El se levantó con toda su familia a alabar al Señor y darle gracias por proteger a su pueblo y a su familia. Pasaron unas dos horas y toda la ciudad comenzó a temblar suavemente como bailando. Ni una sola casa cayó y su propia familia salió más convertida, por sentir el poder de la intercesión en el Espíritu. Frecuentemente las liberaciones más eficaces, salen orando en el Don de Lenguas. El impulso del Espíritu crece más y más fuerte cuando la batalla espiritual es más y más difícil. Cuando los malos espíritus salen, el Espíritu llena el corazón con mucha alegría.

Cuando la oración está inspirada y movida por los dones del Espíritu, los efectos son más directos y poderosos. El sacerdote con el ministerio más grande de sanar a los enfermos, Emiliano Tardif, está guiado completamente por el don de conocimiento en su corazón. El nos dijo que es como una voz que dice, "Yo estoy sanando a un hombre de cáncer en su hígado que ha sufrido por 15 ataques muy fuertes. El está sentado en la silla a tu derecha con una camisa azul, invítale a acercarse a la plataforma para testificar su sanación. El está completamente sano". Dios está manifestando su Poder en nuestro tiempo como en principio. El quiere un pueblo humilde con mucha confianza en sus Promesas. Cuando Jesús dice: "Pide y vas a recibir, busca y encontrarás, toca a la puerta y se va a abrir. El quiere manifestar su misericordia públicamente y dentro de cada corazón. Pero sobre todo, pide del Padre el Espíritu Santo, y el te lo dará.

 

LIBRE, TU ME HICISTE LIBRE

EL hijo pródigo es una de las parábolas más agradables de toda la enseñanza de Jesús. Tan corriente en el mundo actual es el abandono de la Fe y la moralidad tradicional. También igualmente frecuente es la soledad sicológica y la tristeza espiritual. EI Salmista dice con insistencia, "sólo Dios hace a cada persona feliz", y sólo en Dios descansa el alma mía". Cuantas veces, en la búsqueda de los ídolos actuales, (dinero, placer y poder), se termina en excesos sensuales con las consecuentes frustraciones y depresiones. Muchos son los "hijos pródigos" y llegan un día a decir, "he pecado contra mi Dios y contra mi padre. Yo he botado la herencia familiar con prostitutas y borracheras. Yo vuelvo a la casa de mi padre, ya no como un hilo, sino como un siervo pero yo vuelvo a vivir de nuevo sí, yo vuelvo a mí mismo, donde encuentro el rostro de mi Dios y la bondad de mi Padre. Confesarse así, es muy saludable para el alma y muy agradable para la familia. La libertad de Dios es un don y una conquista humana, es un regalo del ciclo y una victoria en la tierra. El arrepentimiento sincero, es más divino que humano, porque es una de las obras más grandes de la misericordia de Jesús. Todos pueden pecar sin Dios, pero nadie puede vivir de nuevo sin su Gracia. Cada uno tiene que pasar por la noche oscura del abandono divino y la soledad humana para reencontrarse a sí mismo contrito y triturado. No hay perdón sin contrición y no hay sacramento sin confesión. La penitencia rompe la dureza del corazón, pero la reconciliación construye la amistad de unión. El "te absuelvo de todos los pecados confesados y olvidados", abre el alma a recibir el baño del amor de Jesús y los ríos de agua viva del Espíritu. El mandato de "no pecar más" es el Poder de Dios obrando maravillas en las debilidades humanas.

Pero aún más grande, es perdonar los pecados de los pueblos y naciones, los pecados sociales. Hoy en día es como un despertar de conciencia reconocer la injusticia institucionalizada y la solidaridad completamente rechazada. El individualismo piadoso, "Jesús y yo", es culpable por la lucha aislada contra lo malo y la avaricia insaciable en acumular lo lujoso. La libertad para construir el orden social según la verdad en el Señor, exige la formación social en dar lo justo al prójimo en necesidad. La limosna a los pobres no puede ser el pretexto de no pagar sueldos justos con beneficios sociales. La falta de leyes justas a favor de los pobres no justifica condiciones inhumanas en el ambiente del trabajo. Hoy en día muchos reconocen que la miseria deshumanizante del 80 % de la población en Bolivia, ocurre en parte por la ceguera espiritual de los gobernantes. Las libertades sociales más básicas son de religión y de política. La libertad religiosa es la protectora y guardiana de las otras libertades, y la libertad política produce un pueblo capaz de elegir a sus líderes responsables y dirigir una democracia libre y social. La moralidad de las compañías transnacionales es tan complicada, que nadie sabe a fondo los derechos y deberes concretos. Jesús dijo a sus discípulos, que ellos van a conocer la verdad y por la verdad van a ser libres. Algunos de los judíos contestaron: Pero nosotros nunca hemos sido sometidos a otros poderes. Siempre hemos sido libres. Amén. Amén! dijo Jesús. El que comete pecado es un esclavo y no es libre. Pero si el Hijo del Hombre los hace libres, su libertad va a ser perdurable y verdadera. La Fe hace a cada persona libre para creer, confiar y vivir en paz. Donde está el Espíritu de Dios, hay libertad, dice San Pablo. El Espíritu de Jesús es un espíritu de espontaneidad y grandeza del alma. Vivir en ámbitos rodeado de mucha tentación, hace la libertad religiosa muy difícil. Pero el Espíritu Santo no es un espíritu débil y vacilante, sino valiente y fuerte. La libertad crece con amor hacia la Verdad respetando la justicia en todo. Pero la libertad de los hijos de Dios tiene raíces en la Gracia Divina, que abre caminos mucho más seguros e iluminados. La Fe quita la confusión y constituye la victoria que vence al mundo.

 

***** SEAN HUMILDES

La Biblia dice que Moisés era el hombre más humilde de todo su pueblo. Pero también era el líder más destacado de toda la historia de Israel hasta Jesús. Jesús nos enseña a todos a ser humildes porque Dios rechaza a los orgullosos y ensalza a los humildes. "Aprende de mí", dice El, "porque soy muy manso y humilde de corazón y te prometo un descanso para tu alma". No hay duda, que con la humildad el cristianismo conquistó el Imperio Romano sin violencia y derramamiento de sangre. "La sangre de los mártires es la semilla de la Fe". El orgullo Romano sucumbió a la humildad cristiana, porque el servir en Cristo es Reinar en el Amor. El humilde Salvador Jesús venció al orgulloso tentador Satanás en la Cruz. El Nuevo Rey de los reyes, vino para dar su Vida Abundante a aquellos que entran en el corral por la puerta que es la Fe en el Señor. La oración del publicano fue escuchada por la humildad en agachar la cabeza y golpear el pecho diciendo: "Ten piedad de mí, soy el pecador, El elogio a sí mismo del Fariseo fue rechazado por el orgullo en su corazón. El dijo: "Te doy gracias Señor que no soy como los otros..." Jesús tomó un niño para decirles a sus discípulos, "Si ustedes no cambian para ser humildes como este niño, no pueden entrar en el Reino de mi Padre".

La humildad comienza en la Verdad, crece en las humillaciones y florece en el Amor. Dios ensalzó la humildad en su Sierva María, y por eso, todas las generaciones dirán que ella es bendecida con las maravillas de Jesús. La humildad es como "tierra negra" que tiene sus raíces en la humildad de corazón. Toda la confianza puesta en el Señor brota de la desconfianza cultivada en sí mismo. La humildad verdadera no esconde su talento en la tierra como un avestruz, sino trata de desafiar lo malo por la fuerza del Espíritu, hasta alcanzar la victoria por la Cruz. La humildad refrena a la vanidad y da fuerza ala libertad. Solamente los humildes pueden manifestar los dones del Espíritu sin caer en la tentación de vanagloriarse. Sólo dos cosas pertenecen completamente a cada per­sona: mi nada y mis pecados. Lo demás tiene su ser y su crecer de El. La fuerza de la humildad resiste el exceso en buscar afanosamente el desarrollo de mis talentos, y su poder esconde los premios merecidos. La madre protectora que no permite el descansar en las batallas ganadas, es la humildad de los luchadores unidos con el Señor. Sí, Señor, danos corazones como niños para rendir todo el honor y toda la gloria a Ti!

La humildad de Jesús en Belén es aún más destacada en la Cruz. Sentirse abandonado en la intensidad del dolor es todavía más maravilloso en la soledad de morir. Jesús es tan uno con nosotros en todo, menos en el pecado, que el cansancio de la fatiga, la lucha de la muerte y la tentación de ser grande, recibieron su fuerza en la carpintería con María y José, fueron necesarios para madurar en lo humano. Tres años en el ministerio público fueron necesarios para cumplir la Voluntad del Padre y salir de la tumba con un Cuerpo Luminoso. El es nuestro pan de cada día y nuestro cáliz de Salvación. Humilde en su corazón, glorioso en su cuerpo, El es el humilde hijo del Hombre profetizado por el Profeta Daniel. Es El que humildemente da su Vida para que todos nosotros podamos ser Salvados en El. El es un Buen Pastor más que un justo Juez y un humilde Cristo Obrero, más que un poderoso Cristo Señor. Por Cristo, con El y en El, a ti Dios Padre Omnipotente, en la Unidad del Espíritu, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. Amén.   

SEÑOR, AUMENTA NUESTRA FE

¿Cómo es tener Fe como un grano de mostaza que es capaz de mover las montañas? No hay duda que el crecimiento en la Fe no es por creer en más y más cosas, antes desconocidas. No es por mucho estudio de la Biblia, la teología o las ciencias, que la Fe crece. Tampoco el crecer en la Fe viene por múltiples actos débiles y distraídos. El consentimiento a la Palabra revelada es por una Luz gratuita que produce el "Sí" al mensaje de Dios. Esta Luz brilla más y más según la intensidad de los actos y no por su multiplicidad. Las convicciones son más y más fuertes, sin dudas y desvíos, por la excelencia en la confianza es por promesas que inspiran la generosidad en la entrega. Pero, Fe que es Poder, viene de los dones del Espíritu Santo que mueve el corazón con fuerza según la fuerza del amor. Como todos los regalos, hay que pedir con insistencia y humildad, la Fe que es capaz de mover las montañas.

En general la Fe crece en plena crisis y en duras pruebas. Cuando las luces y las fuerzas humanas no alcanzan la victoria, recién Dios produce una nueva apertura ala Palabra y una nueva prontitud en el corazón. La confianza plena unida a la seguridad de la Luz alcanza el poder cíe realizar los milagros verdaderos. La conversión de Fe y el "sí" de la mente crecen según la generosidad en el corazón. El testimonio de las maravillas en los niños espirituales comunica nuevo vigor a los actos de Fe. Hace algunos meses una adolescente nos dijo una obra maravillosa del Señor Jesús en su vida. Ella tenía epilepsia desde su niñez con ataques más y más frecuentes y fuertes. Ya con sus 10 años, era imposible estudiar bien en el colegio y también más y más peligroso andar por las calles. Ella comenzó las clases para su Primera Comunión y escuchó como Jesús sanó a tantas personas ciegas, sordas, cojas y paralíticas. En la noche, en la sencillez de su corazón, oró y lloró así: Jesús: sáname ahora cómo escuché hoy en la Biblia. Ella sentía una fuerza su e y fuerte moviendo en toda su cabeza y una sensación de gratitud a Jesús por sanar su enfermedad. Una voz interior le dijo a la niña, "deja las medicinas y vuelve a una vida normal, Yo he sanado completamente tu cuerpo". Ya hacen más de seis meses que la niña no usa ningún medicamento y está jugando y estudiando como cualquier otra. Lo más notable, en el espíritu de gratitud por el milagro, es su manera de orar largos ratos sola y en la misma iglesia, apartada de los juegos y las distracciones de los otros.

San Pablo escribió así a Timoteo, sobre la firmeza de la Fe en su vida. "No vivas Timoteo, con el Espíritu apagado en tu corazón. Más bien despierta el Poder de la Fe puesto en tu corazón por la imposición de mis manos. Tú no has recibido un espíritu de timidez y cobardía, sino de fortaleza, amor y sano juicio. No tengas vergüenza del Evangelio de Cristo ni de tu propia conversión, ni de mí, encarcelado por la Fe. Más bien luchemos juntos para defender la Palabra de Dios. Sobre todo guarda el depósito de la Fe y proclama la Buena Nueva como tú has escuchado de mí. La Iglesia de Jesús siempre enseñó que la Revelación Pública está escrita en la Biblia y presente en la Sagrada Tradición. Lo que es necesario para alcanzarla Salvación es conocido por las enseñanzas oficiales de la Iglesia. Las revelaciones privadas de la Virgen María y los Santos son buenas, pero no son parte de la Revelación Pública. Sí, Señor, la victoria que vence este mundo es nuestra Fe.

 

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