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Libro 6 06 - 10 Cada una de estas páginas contiene 5 cartas |
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06.- ADOROTE DEVOTO, DIOS OCULTO Grande, muy grande, es el Misterio del
"Cuerpo y Sangre de Cristo", que la Iglesia celebra en la
Fiesta de "Corpus". El pueblo Boliviano tiene una devoción
muy profunda al "Santísimo Sacramento del Altar". El que entró
en este mundo diciendo al Padre, "Tú me has preparado un
cuerpo", también dejó este mundo, para ir al Padre diciendo a
todos, "tomad y comed todos de él,' porque esto es mi
cuerpo..." Algunos van a murmurar y dudar como los discípulos,
"Este lenguaje es muy duro, ¿Quién puede creerlo?". Pero
Jesús no cambió su mensaje; más bien les dijo a sus Apóstoles,
"¿Acaso ustedes también quieren dejarme?" Casi todo el
pueblo Boliviano, va a contestar con Pedro, "Señor, a quién iríamos?
Tú tienes palabras de vida eterna." Como
dice un himno de la fiesta, escrito por Santo Tomás en el siglo XIII:
"Es verdad Cristiana que el pan se torna carne, y que el vino se
hace sangre. Ni lo ves ni lo entiendes, pero fuera del orden de las
cosas, la FE nos asegura con firmeza. Es comida la Carne y es bebida la
Sangre, y está allí Cristo todo, bajo cada elemento." Pero
el "Banquete del Amor", que es la Eucaristía, es para nutrir
y alimentar, es para fortalecer y alegrar, en fin, es para salvar y para
santificar. Este "Pan Vivo Bajado del Cielo, para dar la vida al
mundo, es la única comida que no tenemos que matar y cocinar para
comer. Más bien, nosotros los Cristifideles tenemos que morir en
nosotros para comerlo dignamente. Además
el cuerpo de Cristo no entra para formar parte de mi cuerpo humano, más
bien nosotros los comensales, somos cambiados para formar parte de El.
Todas las otras comidas son dignificadas en formar parte de la vida
humana en cuerpo, al contrario, los cristianos son Cristificados en
comulgar con lo Divino encarnado en lo humano. Como el canto felizmente
dice: "El Señor nos da su Amor, como nadie nos lo dio. El reúne a
los amigos, en la mesa del Amor. En el Mundo todos son Carne y Sangre
del Señor. Nada puede separarnos de su Amor". Algo muy especial ocurre en la Fiesta de
"Corpus", es "el Cristo de las calles", es el Cristo
andando en procesión pública con la muchedumbre como él lo hacía en
su vida pública en la tierra. "La victoria que vence este mundo es
nuestra Fe", dice San Juan. El Cristo de la entrada triunfal en
Jerusalén, es el mismo Cristo entrando en todos los pueblos de Bolivia.
El Cristo "escondido", humanamente en los tabernáculos y
recibido piadosamente en la santa comunión, quiere andar cariñosamente
con su pueblo. Cada Boliviano quiere decirle a Jesús que está presente
y sacramentado: "Adorote devoto, Dios oculto (que quiere decir Te
adoro con devoción). No veo yo tus llagas, como las vio Tomás. Con
todo te confieso Dios Mío y Señor Mío, haz que crezca siempre mi fe
en ti, que en ti espere y te ame siempre más".
7.- SENOR, NO SOY DIGNO.... La
humanidad del capitán Romano en el Evangelio, es sacado de la cita bíblica
de Mt. 8, 5-13, es el primer paso en creer. Vivimos una crisis de fe muy
grande en el mundo actual, por la excelencia de la ciencia y el poder de
la tecnología. El "Si" de la mente a la Palabra revelada,
parece a muchos humillante y alienante. La gran decisión de
"renacer" en Cristo, necesita un impulso gratuito de la gracia
de Dios, suavemente tocando el corazón para abrir la mente a lo
invisible, a lo intocable, a lo incomprensible. Pero el fruto
sorprendente del acto de Fe, es sentirse salvado como Pablo lo dice:
"Si confiesas con tu boca, que Jesús es el Señor, y crees en tu
corazón, que Dios lo resucitó entre los muertos, serás salvo. Pues
creer con el corazón nos da acceso a Dios..." Tener acceso a Dios,
llenando el vacío espiritual en cada uno y quitando la soledad, es la búsqueda
desesperante de miles y miles de hermanos. Como San Agustín oró:
"Dios, tú me has hecho para ti, y mi corazón no descansa hasta
descansar en ti." El
descanso espiritual en lo bello, lo bueno y lo verdadero, es una
medicina y muy saludable para un mundo en crisis. Hay que usar los
bienes materiales como instrumentos de paz, pero hay que amar a las
personas y no usarlas. Todavía más grande es descansar mi espíritu en
Dios, como el Salmista dice: "En Dios solo descansa el alma mía,
de El viene mi Esperanza, Mi Salvación, mi roca sólo es El, y mi
fortaleza no he de vacilar". La entrada en la presencia de Dios
para disfrutar el descanso espiritual es por Fe. Por eso el
consentimiento a la Palabra de Dios quita la confusión de la mente y
produce una luz interior dando un sentido maravilloso a las penas y
alegrías ordinarias de cada día. El "Evangelio de la Paz" es
mucho más que "Buenas Noticias"; es una fuente desbordando
"Ríos de agua Viva", al corazón abatido, y comunicando la
libertad a los nervios alterados. Felices son aquellos, que cada vez que comulgan, le
dicen sinceramente al Señor:" ¡Señor, no soy digno de que entres
en mi corazón, pero una palabra tuya bastará para sanarme!". El
mundo actual en Bolivia necesita escuchar "Mensajeros de la
Verdad" y "Misioneros de Vida", Pero, cuanto más,
nuestros barrios, mercados y campos estarán esperando a los
"Peregrinos del Amor" y los "Obreros de la
Justicia". Que los Cristianos sean constructores de puentes de unión
y no de muros de separación. Qué lindo es ver por los montes, los
pasos del que viene con buenas noticias, que anuncia la paz, que trae la
felicidad. Que te anuncia tu salvación y te dice: ya Reina tu
Dios". Así, Jesús resucitó al hijo de la viuda de Naim. Acercándose al ataúd lo tocó diciendo: "Joven, te lo ordeno, levántate". Y el muerto se sentó y se puso hablar. Entre todos los milagros durante la vida pública de Jesús, los más grandes son los de resucitar a los muertos. Cambiar agua por vino o multiplicar pan o pescado para alimentar miles de personas, estos son hechos maravillosos, pero resucitar un solo muerto es la obra de Dios hecho hombre, Jesús. La humanidad no puede, sino acompañar a los muertos. Solo Jesús vence a la muerte! Por vivir en una etapa histórica muy materialista, el mundo actual necesita escuchar mucho de Resurrección y la vida eterna. "El materialismo acepta muerte como final definitivo de la existencia humana- Si el ser humano en su esencia es sólo "carne", la muerte es para él una frontera y un término insalvable. Entonces se entiende que la vida humana es un "existir para morir", y la cultura destacando tanto los placeres de la carne, es una cultura de la muerte". El
precisamente por eso, que la resurrección de Jesús, es la fiesta
principal de los Cristianos, más grande que la Navidad y aún más
grande de que Viernes Santo. Como Pablo dice, "Y si solo para esta
vida esperamos en Cristo, somos los más infelices de todos los hombres.
Pero no, Cristo Resucitó de entre los muertos, y resucitó como primer
fruto ofrecido a Dios. el primero de los que duermen". La verdadera
vida de cada persona, no está en la carne que vuelve al polvo, sino en
el soplo, el aliento que es espíritu y brota hacia la vida eterna. La
felicidad más grande en este mundo, es vivir la nueva vida en Jesús
Resucitado, de tal forma, que poco a poco alguien pueda decir, "no
vivo yo, sino que Cristo vive en mí", Y si esta experiencia es la
más hermosa en esta tierra, qué horrible es vivir y acercarse a la
muerte sin Cristo y la Fe firme en su Resurrección. Cuando Dios muere
en la conciencia de una persona, nacen los temores terribles de la
muerte sin Vida, la llamada "Segunda muerte". Para
tantos hermanos hoy en día, la sorpresa más grande en la conversión
personal y comunitaria, es encontrarse muy unidos con e! Salvador
Resucitado. Ellos experimentan la vida abundante como ríos de agua viva
corriendo adentro y cantan, "Mi Dios esta vivo, El no está muerto.
Lo siento en mis manos, lo siento en mis pies, lo siento en el alma, lo
siento en todo mi ser". El hijo de la viuda de Naim, la hija de
Jairo y Lázaro resucitaron con el mismo cuerpo de antes y tenían que
morir en cuerpo otra vez. Pero Cristo resucitó con un cuerpo luminoso,
un cuerpo glorioso, y ya no muere más. Además este Cristo - Vivo, vive
en el rostro de los pobres y desconsolados en el mundo, llenos de
sufrimiento y esperando la liberación por los hijos de la resurrección.
Todos tienen que decirle a Cristo, "Quédate con nosotros, porque
cae la tarde y se termina el día. Entró, entonces Jesús para quedarse
con ellos y se quedaron con él, el resto del día". Como San
Ignacio dice, "Qué hermoso es que el sol de mi vida se ponga para
el mundo y vuelva a salir para Dios."
9.- SOY EL PECADOR "Mejor que vida, es tu Misericordia, Señor".
Así en la fuerza del encuentro entre Jesús y la mujer pecadora
penitente de Magdala. Ella no habló una sola palabra en el diálogo
salvífico con Jesús, sino mostró su conversión tan sencilla como
sincera, con los gestos de contrición: lavar los pies de Jesús con sus
lágrimas de penitencia y secarlos con los cabellos de humildad, besar
los pies con los labios del amor y ungirlos con el perfume de gratitud.
Cristo le dijo al fariseo Simón: "Por esto te digo que sus
pecados, sus numerosos pecados, le quedan perdonados, por el mucho amor
que demostró. Pero aquel a quien se le perdona poco, demuestra poco
amor. Ese es el amor que es más grande que el pecado y mas fuerte que
la muerte. Ese es el amor infundido en nuestros corazones por el espíritu
derramado sobre sus amigos. "¿Quién
nos separará del amor de Cristo? ¿Las pruebas o la angustia, la
persecución o el hambre, la falta de ropa, los peligros o la espada?. SÍ
Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros? Dios, que no
perdonó ni a su Hijo, sino que lo entregó por nosotros, ¿cómo no nos
va a conceder, con El cualquier cosa?" "El
mundo moderno en pedazos", es un título del Papa actual, en su
documento sobre la reconciliación y la penitencia. Igualmente podemos
decir: "Bolivia en Pedazos", "nuestras familias en
fragmentos" y "nuestros corazones destrozados". ¿Porqué
existen numerosas, profundas y dolorosas divisiones en el mundo actual?
Es fácil ver cómo se causa desigualdades injustas, entre personas y
grupos sociales. También todos ven y experimentan intereses egoístas,
buscando los tres ídolos actuales: la
plata, el poder y e! placer. Pero observemos que, más al fondo, se
halla una herida en lo más íntimo de cada corazón, llamado en la luz
de la Fe, pecado: "desde el pecado original que cada uno lleva como
una herencia recibida, hasta el pecado que cada uno comete abusando de
su propia libertad". Por eso, todos tenemos que orar con el
Salmista: "Tú ves que malo soy de nacimiento, en pecado me concibió
mi madre. Rocíame con agua y seré limpio, lávame y seré blanco cual
la nieve. Crea en mí, oh Dios, un corazón puro, un espíritu firme pon
en mí". "Pecar
es muy humano, pero perdonar es muy divino". Hoy día, leemos artículos
titulados: "¿Alcoholismo,
Enfermedad o Pecado?" Claramente la respuesta casi siempre es,
Pecado y Enfermedad. El
pecador es libre y responsable. Con la gracia de Dios, él puede
arrepentirse como el hijo pródigo y volver a casa de su Padre para
confesarse, que es saludable para el alma. "Dios no mandó a su
hijo a este mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo". En
la reconciliación el Padre toma la iniciativa, moviendo el corazón a
la conversión que es dar la espalda al pecado y el rostro a Dios.
"Pónganse en paz con Dios, contigo mismo, con tu hermano y con
toda la creación". El perdón es como una medicina de salvación y
por eso San Agustín dice del Sacramento, "Yo quiero curar en el
nombre de Cristo y no acusar". 10.- TU ERES PEDRO La
Fiesta de los Santos Apóstoles, Pedro y Pablo, Fundadores de la Iglesia
en Roma, la cual es muy antigua en el Cristianismo. San Agustín escribió
en el siglo IV, en África lo siguiente: "Celebremos la tiesta del
día de hoy, sagrada para nosotros por la sangre de los apóstoles. En
un solo día celebramos el martirio de los apóstoles. Es que ambos eran
en realidad una sola cosa." La Iglesia celebra el nacimiento de
tres personas: Jesús, María y Juan Bautista, porque nacieron Santos.
Todos los otros santos fueron concebidos y nacidos en pecado, como Pedro
y Pablo. Pero durante sus vidas crecen tanto en la santidad, mueren
santos, y la Iglesia celebra e! día de la muerte, regocijándose con
los héroes de nuestra fe. Así cantó David, la muerte victoriosa de Saúl
y Jonathan: "Como cayeron los héroes en medio del combate, amables
y queridos. Fueron inseparables en vida y en la muerte. Eran más
ligeros que águilas, más fuertes que leones". Pedro fue
convertido por Cristo de traidor en Pastor y Pablo cambiado de
perseguidor en Predicador; ambos entregaron sus vidas derramando su
sangre en Roma, imitando al primer mártir, Jesús. El
es el mismo Jesucristo planteando hoy, las mismas preguntas que hizo a
sus discípulos: "¿Qué dice la gente mí? Y, ustedes mis
seguidores más íntimos, ¿quién dicen que soy Yo?" El mundo del
siglo XX, va a contestar a la primera pregunta: "Tú eres Jesús el
Superstar" o "Tú eres Jesús, el Revolucionario de
Galilea" o en fin "Tú eres el hombre más bueno, mas sabio, más
poderoso de todos los siglos, "Tú eres, El Hombre", Y muchos
Cristianos de la Iglesia actual van a contestar a la segunda pregunta:
"Tú eres el Niño cariñoso de Belén" o "Tú eres el
Joven Simpático, hijo del carpintero, José" o en fin "Tú
eres el héroe crucificado en el monte de la gloria". Pero, hoy día,
más y más los cristianos van a decir, al igual que Simón Pedro:
"Tú eres el Cristo, el hijo de Dios Vivo" Y ellos van a
escuchar a Cristo diciendo a Pedro, presente en Juan Pablo II: "Tú
eres Pedro, o sea Piedra, sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, que
los poderes del Infierno no podrán vencer. Yo te daré la llaves del
Reino de los Cielos". Y,
cuantos jóvenes hay en América Latina, que como Saulo comienzan como
perseguidores de la Iglesia comprometida con los pobres y pecadores, de
este continente joven y de mucha esperanza. Pero un día, como Pablo,
van a escuchar una voz, de una luz que viene del cielo, diciendo.
"Saulo, Saulo, ¿porqué me persigues?" Ellos van a decir,
"¿quién eres, Señor?" Y la voz: "Yo soy Jesús, a quién
tu persigues; levántate y entra en la ciudad, y allí se te dirá lo
que debes hacer". Pedro,
llaves; Pablo, andanzas. Y un trotar por los caminos, con cansancio en
las pisadas. Cristo tras los dos andaba: a uno lo tumbó en Damasco, y
al otro lo hirió con lágrimas. Roma se vistió de gracia: crucificada
la roca y muerte a la espada. Amen". |
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