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Libro 6 56 - 60 Cada una de estas páginas contiene 5 cartas |
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56 "SUÉLTAME,
MARTA" Cuantos
Cristianos, como María Magdalena, quieren aferrar sus vidas a un Cristo
andando visiblemente sobre la tierra. Jesús va a decirles a ellos
" Suéltame, pues, aún no he vuelto donde mi Padre: Anda a
decirles a mis hermanos que subo donde mi Padre, que es el Padre de
ustedes: Donde mi Dios que es el Dios de ustedes". ¿ Acaso hay
algo mejor que tener a Jesús a nuestro lado físicamente presente?. Si
hermanos, la respuesta de los siglos de Fe es el Cristo interior
inundando los corazones con ríos de agua viva. Si hermanos, la
experiencia de 2000 años con el Cristo - compartido formando un Pueblo
Nuevo es muy convincente. En nuestro tiempo aún mas importante es el
Cristo de los caminos, el Cristo de los campos y el Cristo de los
pobres.
El mundo actual no se entusiasma mucho pensando en el Cristo del
cielo separado de sus hermanos en la tierra. El Mismo quiere decirles a
todos: " No, yo no dejo la tierra. No, yo no olvido a los hombres
aquí, yo he dejado la guerra; arriba, están vuestros nombres"
En la misma Ascensión escuchamos a los ángeles reprochando a
los apóstoles, "hombres de Galilea, ¿Qué hacen ahí mirando al
cielo? Este que ha sido llevado, este mismo Jesús, vendrá como, lo han
visto subir al cielo". El otro día escuchamos aun borracho
criticando a los Cristianos que cantan y cantan pero nunca aterrizan en
los problemas humanos. Ellos nunca se cansan de alabar a su Cristo, pero
se cansan muy rápido al dar la mano de misericordia a los pobres. Los
templos son llenos de personas bien vestidos, limpios y sanos pero las
calles son llenas de gente enferma con ropa rota y sucia.
El Cristo de la Ascensión es el Cristo muy presente consolando a
los afligidos, animando a los entristecidos y orientando a los
confundidos. El mismo quiere decirles a los cristianos de hoy: "¿Qué
hacéis mirando al cielo, varones sin alegría? Lo que ahora parece un
vuelo ya ha vuelto y es cercano", Eso es el espíritu de Pablo animando a los cristianos de todos los siglos, si han sido resucitados con Cristo busquen las cosas de arriba, piensen en las cosa de arriba, donde se encuentra Cristo, "sentado a la derecha de Dios". Dice, ya está reinando con Poder y todos deben pensar y buscar la manera de extender su Reino en la tierra. El Cristianismo nunca debe ser "el opio de los pueblos", animando a ellos que sufren injusticias a pesar que este mundo es un valle de lágrimas y la recompensa viene en morirnos para ir al cielo. Cristo, sentado a la derecha del Padre, es el Cristo-Obrero transformando el mundo del trabajo en su reinado en la tierra. Gracias al Señor, su Reino no consiste en comida y bebida sino en gozo, paz y justicia en el Espíritu. Jesús quiere decirnos: "El gozo es mi testigo. La paz, mi presencia viva y cuando me voy, se va conmigo la cautividad cautiva". Para muchas personas la experiencia de un "Nuevo Pentecostés" es para los fanáticos, los locos, los emocionalmente Inestables. Lo mismo pasó en el primer Pentecostés con los 120 discípulos reunidos con María: "Todos estaban llenos de admiración, y se decían unos a otros: ¿Qué significa esto? Otros en cambio decían riéndose: están borrachos: Cuando el Poder de¡ Espíritu Santo está inundando los corazones con ríos de agua viva, todos sienten una explosión de gozo tan fuerte que nadie puede controlarla. Algunos comienzan a cantar las alabanzas al Señor, y otros sienten ganas de bailar. Pero lo que causa la impresión de locura es el canto en otras lenguas. El Espíritu quiere que los hombres y mujeres nuevos regocijen como Niños Espirituales con la libertad de los Hijos de Dios.
Los Dones de¡ Espíritu, como lenguas, son regalos derramados
gratuitamente según la espontaneidad de¡ Señor. Nadie puede forzar.
Nadie puede fingir, el gusto y el gozo de¡ Espíritu no obran según
los talentos y las riquezas humanas. Donde está el Espíritu de Dios
hay libertad. Pero nadie debe pensar que los dones de¡ Espíritu obran
según los caprichos humanos para causar risas y comportamientos raros.
El Espíritu de Pentecostés es misionero. El comunica a los discípulos
de Jesús un poder muy grande para Evangelizar el mundo.
Hay un deseo sumamente fuerte de compartir el gozo y la Luz con
los otros. Como Pablo insiste, nadie puede decir con sinceridad,
"Jesús es el Señor" sino en el Espíritu. El poder
Pentecostal quita la timidez y la vergüenza de hablar públicamente de
Jesús y la conversión a El. El otro domingo una señorita bastante
humilde testificó con mucha seguridad y convicción de las maravillas
en su vida por el Espíritu. Lo que impresionó más, era su rostro
radiante y un entusiasmo contagioso. Todos recibieron la impresión que
ella encontró una felicidad maravillosa en plena pobreza y miseria
humana. Un hombre nos dijo hoy día: "Hace un mes el Señor quitó
el vicio de¡ alcoholismo de mi corazón. Hace años yo he causado mucho
sufrir a mi familia y a todos. Ahora no siento deseo de tomar, y hoy
miro mi vida pasada como de otra persona. Me siento feliz que quiero
contar a todos mi experiencia". "Hay Poder, Poder sin igual
Poder en Jesús, quien murió y resucitó".
El Espíritu es el Amor de los amores y el Don de los dones. El
es el consolador óptimo. Dulce huésped de¡ alma y el Dulce
Refrigerio. Más que nada El es Alma de la Iglesia. Su amor no es
Individualismo, Jesús y yo, y nada más; su Amor hace la hermandad,
hace la fraternidad más grande en la tierra la Iglesia de Jesucristo.
Alguien nos dijo un día, que su familia no puede creer el cambio en su
vida. Yo era una persona muy orgullosa, vanidosa y egoísta. Jamás yo
quise compartir mi vida con los pobres de la calle. Ahora, gracias al Señor
Jesús y su Espíritu yo siento un amor muy grande hacia los más
necesitados, los más enfermos y hacia los niños abandonados. Cada día
yo tengo unos 70 de ellos en mi casa dándoles comida y atendiéndoles
personalmente. Para mí eso es Iglesia, eso es Cristianismo con su alma
ardiendo más y más. "Algo está sucediendo en el Pueblo de¡ Señor.
Eso es el avivamiento. Gloria, aleluya, aleluya gloria a Dios!!". 58 SeMBRADORES
DE JUSTICIA Y ESPERANZA Así el Pueblo boliviano cantó a Juan Pablo II en su visita pastoral hace unos. años. Jesús dice que el sembrador salió para sembrar. El mismo, es el Primer Sembrador que siembra semillas de salvación. Como el Padre Celestial manda el sol y la lluvia sobre los buenos y razones abiertos y cerrados. Su palabra nos quema, pero no nos destruye. Su Luz nos llama, pero no nos condena. Su voz nos guía, pero no nos oprime. Este sembrador es muy generoso dispersando sus truenos de justicia y sus rayos del amor en todas las razas y lenguas, en todos los pueblos y naciones. El nunca es fuente de perjuicios, ni causa de discriminaciones ni permite segregaciones en su rebaño. Pero este Gran Sembrador está invitando a muchos pequeños sembradores para salir y sembrar. Por eso cantamos, "Cristo te necesita para amar, para amar. No te importa la raza ni el color de la piel, ama a todos como hermanos y haz el bien".
Jesús también es la semilla. De su presencia en todos nosotros
brota el árbol de la Caridad, como de un grano de mostaza florece la
planta entera. De El nace la libertad de los Hijos de Dios. Pablo dice
que toda la creación está gimiendo y llorando esperando su liberación
por los hijos de la Resurrección. El vacío y la soledad puestos en
cada corazón están gimiendo y llorando esperando la presencia
consoladora del Espíritu de Jesús. El es como "Ríos de Agua
Viva" regando la sequía en las almas secas. El es como un
manantial permanente inundando y refrescando los espíritus marchitos.
Como de un grano de trigo brota cien, también de Jesús salen muchas
semillas para evangelizar el mundo por el testimonio de sus vidas. En
este espíritu cantamos: "Al que sufre y al triste dale amor, dale
amor. Al humilde y al pobre dale amor. Al que viene de lejos dale amor,
dale amor. Al que vive a tu lado amor".
Más que Sembrador y Semilla, Jesús es Cosecha. Un día todos
queremos decir, "Yo no vivo, Cristo vive en mi". Si no sabemos
cosechar diariamente el fruto del Espíritu de Cristo vivimos demasiados
agitados, perturbados y áridos, como aquellos que no conocen al Señor.
Cosechar es pararse en la vida y descansar en El. Cosechar es luchar por
El. Cosechar es andar en pos de El, caminos seguros, Cosechar es
disfrutar una Nueva Creación que viene de El. La cosecha más urgente
de muchas vidas comprometidas en El, es construir la nueva Civilización
del amor.
Seamos evangelizadores del Justo, conquistando la Paz con Amor.
Cosechemos la felicidad con El cantando: «Al que habla otra lengua,
dale amor, dale amor. Al que piensa distinto dale amor, Al enemigo de
siempre dale amor, dale amor. Al que no te salude dale amor. Uno
de los diálogos de salvación den la Biblia más interesante es el
encuentro entre Nicodemo y Jesús de noche para no ser reconocido como
discípulo de Cristo. Su interés era muy confuso en descubrir la misión
de Jesús. El Señor le contestó, "Nadie puede ver el Reino de
Dios, si no nace de nuevo, de arriba". Pero la respuesta le dejó a
Nicodemo aún más confundido, "¿Cómo renacerá una persona ya
vieja?" Jesús le contestó, "El que no renace del agua y del
Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios»."¡Qué hermoso y
que necesario pensar así!" Como el aire que respiramos y el agua
del mar se nos dan para todos gratuitamente, así la entrada en el Reino
más bello es completamente gratuita y abierta a todos.
Hay que renacer, nacer de nuevo, nacer de arriba, porque este
reino es una vida nueva. El don de la vida en cuerpo, participa en el
reino de la carne y termina en muerte. Pero el don de la vida en el Espíritu
participa en el reino de Dios, y perdura por la eternidad. Por eso el
Salmista canta: "Oh puertas, levanten sus dinteles, que se agranden
las puertas eternas, para que pase el Rey de la Gloria".
Jesús nos enseña que la vida en el Reino de su Padre es como un
grano de mostaza que es muy pequeño cuando está sembrado. Pero cuando
la planta crece es la más grande de los árboles en el huerto. La vida
de Dios puesta en nosotros es completamente invisible, pero tiene su
fuerza interior para producir las maravillas del amor. Cuando crece el
árbol de la caridad, tenemos una cosecha muy visible, como la Madre
Teresa de Calcuta. La sorpresa extraordinaria en el Reino de Dios no es
tanto obras de misericordia con los moribundos y los leprosos, sino
conocer al Rey en el reinado de su Presencia. Una cosa es nacer y vivir
en el reino de Dios, otra es tener una amistad íntima con el Rey. Hay
muchos hermanos que son fieles a las reglas de la Caridad y las normas
de la justicia en el Reino, pero sienten que ser Cristiano es un poco
triste y pesado. Que cambio más liberador es vivir en la presencia del
Rey, ser conocido y amado por El. Que cosecha más maravillosa es andar
en el Espíritu del Rey, ser consolado y abrazado por El. Con el
Salmista decimos ¿Quién es el Rey de la Gloria? El Señor, el fuerte,
el Poderoso, El Señor, valiente en el combate". La vida en el Reino de Dios es completamente dinámica porque el Rey está más y más desde adentro hacia fuera. Por eso Jesús dice que el reino es como el fermento en la masa. Lo Divino, la Gracia de Dios, está puesta en lo humano, cada persona y toda la humanidad, no para dañar y destruir, sino para sanar y construir. Cuando el Reino de Dios está fermentando lo humano, su primer efecto es elevarla criatura a la vida de su creador. Enseguida, el fermento de la Gracia va a sanar las heridas por el Pecado llenando el vacío espiritual con una nueva vida. Terminamos cantando con el salmista: "Oh puertas, levanten sus dinteles, que se eleven las puertas eternas, para que pase el Rey de la Gloria ¿Quién puede ser el Rey de la Gloria? El Señor, el Rey de los ejércitos. El es único Rey de la Gloria". El
otro día vino un Joven preguntándonos, "¿Qué sentido tiene la
vida? Ya he probado la droga, el sexo y la borrachera y yo digo en mi
miseria cuando el placer pasa. Mis padres son bastantes ricos, pero
todos sus regalos y sus riquezas son responsables de mis frustraciones y
fracasos. Ya estoy enfermo, muy solo y me siento perdido e inútil.
Apenas tengo 18 años y no quiero seguir así. ¿Qué puedo hacer?
Cuantas personas se sienten muy solitarias a pensar de que ellos viven
rodeados de muchos bienes. Todo lo exterior autos, dinero y ropa fina,
no pueden llenar el vacío interior porque es espiritual. La búsqueda
de la felicidad es la fuente de todas las actividades de cada día. La
misma búsqueda es la causa de noches enteras sin dormir. Todo el tener,
hacer y conocer más, para hacer más. Este ser más consiste en
realizar los grandes valores morales y espirituales. Verdad que cada
persona es un poco menos que los ángeles y un poco más que los monos.
Pero lo importante es la dirección de su cara. Tú me has hecho de
carne y huesos, señor, pero mi mirada para arriba y no para abajo. Mis
ojos espirituales, Dios mío, quieren encontrar espacios más allá del
sol y no están contentos con ver nada mas que las distancias cerradas.
Si, señor, apenas inferior a un dios me hiciste, coronándome de gloria
y grandeza. Me entregaste las obras de tus manos y bajo mis pies has
puesto todo cuanto existe. La
gran búsqueda de ser más en vez de tener más, tiene también sus
desafíos. Cada cumbre en el crecimiento espiritual manifiesta otras
alturas para escalar. Cada valle en las caídas carnales abre los ojos a
nuevos precipicios de perdición. Es verdad que cada persona es como un
soplo y sus días como sombra pasajera. Peregrinando entre las cumbres
de gloria y los valles de oscuridad el ser humano escucha el eco de una
voz de esperanza. Un paso más, un paso más de Fe. Adelante hermano.
Adelante, hermana. Qué allá en el cielo nos espera un galardón. La victoria en el combate espiritual es un morir a sí mismo para
vivir para él. Caminando por los caminos de la vida hay muchos
senderos, pero solo un Señor. Andando en pos de El las luces brillan en
las sombras y las fuerzas vencen a las piedras. Abrazarla Cruz con El,
es liviana y yugo blando. Negarse a sí mismo para sentir la carga
afirmar la presencia de El, es conquistar la vida nueva que promete un
mañana mejor. Señor, tú eres el buen pastor, mi Buen Pastor. Nada me
falta. En verdes pastos me hace reposar y a donde brota agua fresca me
conduce. Me acompaña tu bondad y tu favor. Mientras dure mi vida, mi
Mansión será la casa del Señor, por largo, largo tiempo.
Sí, Señor, tú estás en mí y yo estoy en Ti. Mi nada
desvanece en tu todo y mi vacío se llena en tu río. El
"Amen" a la vida viene de ti, como el saludo a cada aurora
viene de mi. Sin Ti no puedo hacer nada, pero contigo puedo hacer todo.
Cuando tu espíritu está murmurando en mi y por mi el escuchar es una
seguridad, "Yo no vivo, Cristo vive en mi". Será un día muy
pronto, un amanecer muy cerca, cuando pueda decir: he combatido el buen
combate, he recorrido la carrera, he conservado la Fe. Ahora está esperándomela
recompensa por las penas y las alabanzas, la corona de Gloria. Y no solo
para mí, sino para todos los que desean la gloriosa venida de El. |
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