Libro 7            Cartas 37 al 40

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             CRISTO,  HORIZONTE  DE  LA  JUVENTUD

             Algo está sucediendo en el pueblo de dios. El Cristianismo está despertando de un dormir, en un descubrir del poder de la alabanza. Otra vez el Espíritu Misionero está soplando nueva vida en la evangelización. Jesucristo es el primer y último horizonte de todas las celebraciones y actividades de la Iglesia. El Señor del universo quiere reinar en cada corazón, cada persona y en el nuevo orden social el que borra los horizontes del pecado por la conversión del corazón las transformaciones de las actitudes y la construcción de una nueva civilización del amor.  Hay semillas y huellas de Jesús en las culturas indígenas con horizontes muy cortos y oscuros. El fruto principal de la primera evangelización fue Jesucristo, conocido y amado, contemplado y celebrado. Después de cinco siglos, los horizontes están cubiertos con mucho polvo y es difícil descubrir el rostro moreno de  Jesús.

                 Pero el mundo actual en América Latina está muy orgulloso de los horizontes de la nueva cultura. Las ciencias y la tecnología, los poderes y placeres son muy atractivos como para Eva en el Jardín de Edén! Tomad y comed del fruto prohibido!  Más bien van a abrir los ojos y ser dueños de lo bueno y lo malo. Entonces Eva lo tomó y perdió su visión vertical de los valores morales y espirituales. Cerrado en un horizontalismo sofocante, perdió la esperanza juvenil de una mañana nueva.  Así América Latina necesita una nueva evangelización, porque los desafíos són nuevos, los tiempos y los riesgos son nuevos. Necesita el Espíritu de nuevo como cuando el Cristianismo comenzó hace 2.000 años. 

“Jóvenes amigos, este congreso tiene que ser para ustedes como un Nuevo Pentecostés. De aquí tendrán que salir llenos, llenos del espíritu Santo, impulsados a vivir en todas partes de Bolivia y en cada comunidad el Evangelio, la buena noticia de Jesús. ”  Ese es el primer horizonte para alcanzar. Ese es el primer horizonte para vivir. Ese es el primer horizonte para rejuvenecer. Vayan a su pueblo y colegios y proclamen un Cristo pobre y poderoso, capaz de vencer los horizontes de la muerte de la droga, el sexo y el poder.  Vayan y luchen por una liberación integral en Cristo por el Espíritu del Amor. Como hermanos unidos con sus pastores, construyan horizontes comunitarios y sociales más justos y fraternos, más solidarios  y pacíficos. Es Cristo de los nuevos horizontes que va a convertir los corazones, transformar las estructuras y construir la nueva civilización del amor.

Para que la nueva evangelización sea eficaz, cada uno de ustedes, jóvenes tiene que renovar su propia conversión todos los días. Cuida mucho que Cristo realmente sea el horizonte personal y comunitario para todos. Enseguida busca una formación más y más íntegra. No estén contentos con una visión  limitada de la Palabra. No estén satisfechos con algunas experiencias demasiado sentimentales y superficiales. ¡Crezcan! ¡Maduren! busquen un encuentro con la Virgen María, Estrella  de la nueva evangelización. Canten y oren constantemente, ven con nosotros a caminar, Santa María, Ven! El  Papa habla mucha de que María está visitando de nuevo América Latina. María , Madre de Esperanza, sea siempre un horizonte nuevo para la juventud.  ¡Virgen María, Madre de Esperanza, enséñanos a evangelizar!.

 

         QUE  TODOS  SEAN  UNO

El gran deseo de Jesús la noche antes de morir, fué que todos sus seguidores sean uno. No es grande la sorpresa de ver al mundo moderno en pedazos, dividido en grupos opuestos. Como el amor entre los Cristianos es fuente de Fuerza y fin de la unión, así el desamor es causa, centro y corona de la división. El amor inspira armonía y concordia. El pecado produce disonancia y discordia. Este Amor de Cristo, llamado la caridad, es más fuerte que la  muerte y vence el pecado. Cuando los deseos espirituales crecen gradualmente los deseos carnales desaparecen. La unión en la intención es la fuerza en la acción y la división en decisión debilita  el poder en acción. Una de las consecuencias más dañinas del pecado original es la rebeldía interior y el pesimismo en lo exterior. El amor conduce a los fuertes a practicar la misericordia con los débiles y la comprensión con los ignorantes. Por eso Pablo insiste que hay tres  valores supremos en el Cristianismo - Fe, Esperanza y  Amor - pero lo más excelente es el amor. 

Pero la unión  profunda entre los Cristianos está en un nivel de existir más que de actuar, en el ser más que el que hacer. La Gracia de Dios infundida en nuestros  corazones es un compartir con Dios en su propia Vida. Hay que vivir antes de hablar y oír para creer. El Don de Dios, que hace de todos los convertidos hijos del mismo Padre, es el alma de la hermandad, es el mismo espíritu Santo. Hoy en día escuchamos muchos  testimonios de hombres y mujeres renacidos en el Poder del Espíritu. Vemos personas completamente reconciliadas en paz, que hace años ni pudieron concebir , La práctica de la Fe y la celebración de los sacramentos causan mucho gozo cuando los participantes viven en cierta plenitud con la Gracia de Dios es un tipo de Amistad Divino - Humana puesta gratuitamente en nosotros para vivir unidos como hermanos en la misma Fe. 

Para cultivar la unión íntima con el Padre en Cristo, necesitamos el espíritu Santo. Es el que  une a las dos personas en un matrimonio hecho en el Señor. todos los sacramentos obran sus maravillas unidos con Jesús el Señor. El derramar del Espíritu está salvando muchos matrimonios difíciles cuando ambos dicen, “Has cambiado mis lamentos en bailes, Señor.” Si no hay personas nuevas por la Gracia de Dios es imposible amar y perdonar los unos a los otros. El mundo quiere ver las maravillas del Señor en la vida y en el trabajo de los Cristianos. Cada año, la Iglesia pasa los 8 días, desde el 18 hasta el 25 de enero, orando y sacrificándose para que los Cristianos estén unidos. Todos ellos se aman los unos a los otros. Entre ellos no hay tanta desigualdad y diferencia social como entre aquellos que no creen. Los prejuicios las discriminaciones y las segregaciones casi no existen, porque el amor perfecto echa afuera el temor.

 

LA ESPOSA ES EL SOL DE LA FAMILIA 

Hace 50 años el papa Pío XII, hizo una alocución muy hermosa a los recién casados destacando el “ rol ”de la esposa como el “ sol  ”en la familia. Hoy en día es necesario recordarles a los matrimonios jóvenes         la grandeza de sus vocaciones como esposos . Tanto la sociedad civil como la Comunidad Cristiana, tiene la familia como célula y núcleo de su vitalidad y salud. Mas que nada es necesario destacar el papel de la mujer como esposa y madre, porque la liberación femenina fácilmente desprecia la grandeza de la familia y la mujer como esposa y madre. “ La esposa viene a ser como el sol que ilumina a   la familia. Oíd lo que de ella dice la Sagrada Escritura Mujer hermosa deleita al marido, mujer modesta duplica tu encanto. El sol brilla en el cielo del Señor, la mujer bella en su casa bien arreglada. ” 

Sí, la esposa y la madre es el sol de la familia. Es el sol con su generosidad y abnegación , y con su constante delicadeza ella vigila en todo lo que puede alegrar la vida a su marido y a sus hijos . Ella difunde como el sol luz y calor y hace su matrimonio bendecido en hacer a su esposo feliz en vez de buscar su propia felicidad. Su madurez espiritual consiste en dar alegría cuando recibe amarguras, en devolver dignidad y respeto cuando recibe humillaciones. Así hace el sol que con sus albores alegra la nebulosa mañana, y dora las nubes  con los rayos de su ocaso. 

La esposa es el sol de la familia con la claridad de su mirada y con el fuego de su palabra, mirada y palabra que penetran dulcemente en el alma. Con su amor cariñoso y bondadoso tranquiliza el tumulto de las pasiones. Ella arrastra al marido a la alegría del bien y de la convivencia familiar  por la suavidad de su mirada y la sinceridad de su palabra. El marido vuelve a su hogar después de una larga jornada de continuado y fatigoso trabajo contento en su corazón por la gratitud que brilla en el rostro de su esposa. 

La esposa es el sol de la familia con su ingenua naturaleza, con su digna sencillez y con su majestad Cristiana. la honestidad en su recogimiento y la gratitud en su espíritu constituyen una inspiración al marido y al hijo, rodeados de las tentaciones injustas encarnadas en cada institución. La pureza en su mirada y la castidad en su palabra edifican a los suyos a vivir también la continencia y la fidelidad. Sentimientos delicados y graciosos gestos del rostro, ingenuos silencios y sonrisas le dan gracia de una flor selecta y sencilla que abre su corola para recibir y reflejar los colores del sol. 

¡Muchas mujeres han obrado maravillas , pero tu las superas a todas, engañosa es la gracia, vana la hermosura, la mujer que tiene  la sabiduría, esa será la alabada. Que pueda gozar el fruto de su trabajo y por sus obras todos la celebren!. 

MANDAME EN TU ESPIRITU SEÑOR

 Santo, Santo, Santo es el Señor Dios  de los ejércitos. No hay nada de la santidad verdadera en la tierra por la fuerza de la creación. Por la salvación el Santo de Dios está presente en lo humano. Jesucristo en carne propia es el justo, el Santo del Padre. Él quiere formar un Pueblo Nuevo, el pueblo Santo de Dios. Por la unión del Espíritu Santo los convertidos a Cristo son sellados, marcados Cristianos. La fuente de toda la santidad en la historia de la salvación viene de El quien es el señor. El vive una vida nueva, puesta gratuítamente en su corazón , la Gracia Santificante. La Gracia eleva el espíritu humano a lo divino para participar en algo eterno e infinito, la Vida de Dios. La elevación al nivel divino perfecciona lo humano. En fin, la Gracia de Dios sana   las heridas en el alma de los salvados. Las heridas psicológicas en mente y corazón y las heridas espirituales en el alma son obstáculos  en el crecer espiritual, hasta el día en que son sanados. La libertad de los hijos de Dios es el efecto grande de sentirse bañado en la misericordia de Jesús, perdonado y perfeccionado, elevado, sanado y liberado.

Cuando el discípulo de Jesús se regocija en el privilegio de vivir la nueva vida en El , con El y por El, ya comienza a correr en su corazón el Espíritu misionero. Una fuerza interior está bañando el alma en decir: “Vaya al mundo y proclame la Buena Nueva”. Lo que importa no es tanto “existir” sino  “renacer”. Así es el testimonio diario de los cristianos ya convertidos y bautizados. Es como una voz interior gritando a todo el mundo exterior: ¡Renazca! ¡Sea otro! ¡No siga así! ¡Sean victoriosos y no vivan vencidos! ¡ Sean mensajeros de la verdad y Misioneros de la Nueva Vida! Amen su vida y no cometan suicidio!  ¡Den un sentido grande a su vida y sus tribulaciones. Tu vida es irrepetible y  única . Desarrolla tus talentos y realiza tus carismas. No permitas que la semilla de la Salvación se pudra en tu corazón. Sal de tu vida cómoda y segura. Corre el riesgo de andar  tras El . Toma tu cruz y no niegues la mano de misericordia a nadie . Construye puentes de unión y tumba los muros de separación.

Ahora grita de todo corazón y llama a todos a la salvación . ¡Qué los pequeñuelos no mueran en las calles!    ¡Que los jóvenes no gasten sus fuerzas en los escapes de la plata y el poder y el placer!  ¡Que los mayores se preocupen en construir un mundo mejor. Un mundo más justo y solidario, un mundo más fraterno y libre, un mundo con más amor y alegría, convenzan a todos que Cristo vive con banderas de amor en su corazón.   El Cristianismo es la hermandad y no el individualismo. No es tanto “Jesús y yo”, sino más bien Jesús en nosotros y nosotros en El. Nuestra esperanza de Gloria. Es verdad que Jesús vive en mí y yo en El, pero es mucho mejor decir: Nosotros vivimos con El y El con nosotros. Este amor fraternal y filial convence al mundo de la autenticidad del Evangelio. Mejor es servir en vez de ser servido , y mejor es vivir el altruismo hacia los otros que muera el egoísmo hacia sí mismo. “Si el grano de trigo no cae en la tierra y muere se queda muy solo, pero si cae en la tierra y muere, produce una cosecha maravillosa, Mándame en tu espíritu, Señor. Sí vayan al mundo y proclamen el Reinado de Mi Padre, e invoquen el nombre de la grandeza de los otros y la pequeñez de mi mismo. Sean sembradores de la palabra de la Salvación y pescadores de los hombres.

 

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