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Libro 7 Cartas 49 al 52 | |||||||||||
En esta Página: |
Hay muchos Cristianos que no quieren ser identificados con
ninguna Iglesia. ven los
defectos de las iglesias y algunos dicen, “Jesucristo es el fundador
del Cristianismo, pero los hombres hicieron las iglesias”.
Para ellos el Cristianismo es Fe y no religión.
Los Cristianos son fieles y no simplemente creyentes.
Ellos dicen, “Pon tu fe en Acción” y no guarden las
convicciones escondidas en tu corazón.
Haz la gran decisión de aceptar a Jesucristo como tu Salvador,
pero da testimonio de tu conversión con acción. Fe
es un “Sí" a la Palabra de Dios que nos salva, y un “No” a
la palabra humana que nos condena.
Creer es consentir antes
de confiar. La revelación
divina llega a nuestras mentes como una Luz inaccesible por fuerzas
humanas, pero alcanzada por regalos divinos. Fe
es consentir, confiar y comprometerse a la Revelación divina que
produce, capaz de mover las
montañas y calmar el mar. Es,
Fe es la substancia de nuestra esperanza y la evidencia de lo invisible.
Cristo nunca mandó a la muchedumbre al mundo para predicar.
El mandó a discípulos. “Si
quieres ser mi discípulo, niégate a ti mismo, toma tu cruz y anda en
pos de mí”. En Cristo y
por el, amarse a sí mismo es negarse
a sí mismo. Para el
discípulo del Señor, morir es vivir a Cristo.
No solamente el hombre y la mujer viejos tienen que ser
crucificados. Más bien
toda la creación está gimiendo y llorando, esperando su liberación
por los discípulos del Señor.
Los Cristianos son discípulos de Jesucristo, y la iglesia es el
discipulado en reconciliación. La
Iglesia es la humanidad reconciliada como Servidores del Señor. La reconciliación es el perdón de los pecados y la liberación
de los pecadores. La Gracia
de ser reconciliados sana a los enfermos y llena a los deprimidos.
En Cristo Jesús se está reconciliando toda la creación con el,
y formando un Pueblo Nuevo, la Iglesia del Señor.
Uno de los ministerios más urgentes en el mundo actual es al
reconciliación entre hermanos en la Casa de nuestro Padre.
Cristianismo es la Irradiación de la reconciliación al pecado
del mundo. Sí, cristianismo es ser fieles en acción y discípulos en reconciliación. Aún más es ser Hermanos en Comunión. Miren a los Cristianos, dijeron los Romanos en el siglo II, como ellos se aman los unos a los otros. En sus celebraciones hay hermandad verdadera y en sus reuniones hay fraternidad operativa. Pon tu Fe en acción, pero tu amor en obras. Las obras corporales de misericordia constituyen la corona de la Caridad y al fuerza de la salvación. El Amor más excelente bajando del cielo como la novia bien engalanada para su matrimonio es la “Koinania” la Iglesia del señor. La amistad íntima con Dios y por Cristo entre los hermanos es el banquete del amor, la “Koinanía” del Señor. El “alma” de los hermanos en comunión es el Espíritu Santo, Amor del los Amores y Don de los Dones. Solo la Gracia de Dios puede construir tal amistad mutua, de mutua comunicación y comunión. Constructores de un nuevo mundo , los cristianos son trabajadores por la y obreros de la justicia. Los peregrinos del amor que se aman los unos a los otros son fieles discípulos y hermanos en Jesús y forman la “Iglesia – Koinanía”.
Jesús contestó: “Tú
lo has dicho: Yo soy Rey. Para
esto nací, para esto vine al mundo, para ser testigo de la Verdad,
“Jesús nació en Belén Rey de los Judíos, por herencia maternal y
profética. Así murió en
la Santa Cruz con el letrero escrito en tres idiomas: “Jesús de
Nazaret, Rey de los Judíos”. Que
Rey más raro, que en apariencias no tiene
ni seguidores ni defensores.
Qué Rey más misterioso que dice, “Mi Reino no es de este
mundo”. El letrero dice,
“Rey de los Judíos”, y los mismos Judíos están gritando, ¡Crucifícalo!,
¡Crucifícalo! El que es Dios mismo hecho carne, está muriendo como un
criminal colgado en una cruz. Su
cara está desfigurada, escupida y burlada.
Su primer grito en el nombre de todos los pecados es, “Padre,
perdónales, ellos no saben lo que hace”.
El Gran Mártir, vestido con el rojo de su propia sangre, está
conquistando el Reinado más grande que hay:
el universo entero, todos los pueblos y naciones y cada criatura.
Por su “Sangre está transformando cada grito de dolor, en cántico
de amor. Por sus heridas de
las naciones con el aceite del poder.
Todos los criminales y ladrones de todos los siglos, gritan en su
dolor: “Señor, acuérdate de mí cuando tú entres en tu Reino.
Y la voz del Rey de los reyes dice, “Hoy día tú vas a entrar
conmigo en el Reino de nuestro Padre”.
Pero, Jesús resucitó Rey del universo y no solamente de los Judíos.
La corona de espinas está transformada en una aureola de gloria
y su rostro está transfigurado en un espejo de alegría. en su Resurrección, tanto los ángeles como los santos,
proclaman el universo entero como su trono, con un cántico nuevo a su
Señor. Oh Rey de las
naciones, ¡Señor! ¿Quién no daría honor y gloria a tú nombre?
Porque solo tú eres santo,
y les naciones han visto tus fallos”.
Ya nuestro Señor es “Alfa y Omega”, principio y Fin. Ya El está sentado a la derecha del Padre
con pleno poder para comenzar su reinado de gozo, paz y justicia
en la tierra. Ya el, está
arrastrando toda la historia del universo hacia su victoria como El señor.
Ya nuestro Salvador
en la cruz es nuestro Señor en su Resurrección.
Ya El es Autor de una nueva creación, una nueva humanidad y una
nueva historia. Ya El es el
Rey de los Reyes y el Señor de los señores.
El es nuestra Luz, nuestra esperanza y nuestro Amor;
a El sea todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos,
Amén.
Pero El Señor de la gloria hizo una paso más en su Reinado del
universo entero. El mandó
su espíritu Santo el Prometido del Padre como el Otro Consolador.
Es su Espíritu que hace a sus discípulos decir, “Jesús es el
Señor y Abba Padre”. Es
su Espíritu que está concretizando su Reinado en nosotros y entre
nosotros como hermandad y como Iglesia.
es su Espíritu que está renovando toda
la creación por los Hijos de al Resurrección.
Es el Espíritu que está reconciliando todo con el Padre en el
Reinado de Cristo. Es Su
Espíritu que dice, “todo lo hago nuevo en el Señor, en mi Señor, en
tu Señor, en nuestro Señor”. El
Espíritu y la Esposa dicen: “¡Ven!”
Y el Señor responde, “Sí, vengo pronto Amén, ¡Ven, señor Jesús!”
¿
QUE HACEN AHÍ, MIRANDO AL CIELO?
Algunos dicen que la religión es el opio de los pueblos.
¿Qué dice eso? Si una persona es muy buena, muy Cristiana, ¿no
va a luchar contras injusticias en la tierra?.
Felices son aquellos que sufren persecuciones por el Nombre de
Jesús. La recompensa por el sufrir injusto no está en la tierra,
sino en el cielo. Pero el
Cristianismo nos es así. Jesús
nos enseño que seamos sencillos como palomas, pero sabios como los
zorros. Los Apóstoles
contestaron a los Judíos
cuando les prohibieron hablar en el Nombre de Jesús, “Hay que
obedecer a Dios y no a los hombres”.
El combate espiritual es pata los valientes, los héroes de Fe.
La fortaleza de los mártires y la valentía de la Virgen María
son los modelos para vencer lo malo y no simplemente resignarse.
El divorcio entre la Fe y la vida diaria es una dicotomía más
eficaz para cambiar la historia humana y renovar la faz de la tierra.
La Ascensión de Jesús al Cielo en cuerpo humano, es lo
principal en el Misterio de Fe. El gran cambio de la vida terrenal en cuerpo a la vida
celestial en cuerpo, es lo más importante en la Ascensión. Jesús mereció
la glorificación de su cuerpo durante la Pasión y la Muerte en la
Cruz. El Resucitó Señor
del universo, de la nueva creación. Bajo
el Poder del espíritu. Jesús
subió a la Patria Celestial, pero
vuelve en gloria para juzgar a los vivos y a los muertos.
Muy grande y misteriosa es la vida celestial con un Cuerpo
Glorioso. Jesús nos
prometió preparar una Mansión para cada uno de nosotros, “porque en
la Casa de mi Padre hay muchas mansiones”.
dice El. También El
está rogando por toda su Iglesia Peregrina en la tierra.
La Iglesia de Jesucristo siempre veía una comparación entre
Moisés y Jesús subiendo al cielo.
Moisés subió al Monte Sinaí para conversar con Dios Yavé
sobre la Salvación de su pueblo. El
recibió la Ley escrita por Dios y bajó con la letra para orientar a su
pueblo en la búsqueda de la felicidad.
Jesús subió al cielo para conversar con Dios Padre, sobre la
Salvación del Pueblo de Dios. El
recibió el espíritu Santo mandado por el Padre y bajó con el espíritu
para santificar a su Pueblo peregrinante en la tierra.
Ningún ser humano puede “subir” al cielo por fuerzas humanas
para ofrecerse a Dios. La
separación entre lo humano y lo divino es infinita.
Es la diferencia entre lo natural y lo sobrenatural, entre la
creación y la Gracia, en fin, entre lo humano y
divino. Pero Dios
bajó a nosotros en Jesús y por su Hijo hecho hombre nos salvó.
En su Resurrección el Señor Jesús, comenzó su Reino ene l
Cielo y en la tierra. Este
Reino en los interior es gozo, paz y justicia en el Espíritu y en su
Iglesia formando el Nuevo Pueblo y por el Espíritu evangelizando la
creación y la historia humana.
Como la lluvia baja del cielo a la tierra para mojar y fecundarla
así, la palabra de Dios bajó del Cielo para derramar Dios de
Agua Viva sobre todas las razas y lenguas.
La Lluvia no vuelve al Cielo hasta cumplir su misión y así Jesús
no vuelve al Cielo hasta derramar su Espíritu sobre toda la Creación.
La misión visible del Espíritu comenzó el día de Pentecostés,
cumpleaños de la Iglesia, evangelizando la creación, fundando la
Iglesia y santificando los Peregrinos del Amor. Uno
de los efectos más agradables en recibir la plenitud del espíritu Santo es el gozo.
El placer da gusto a los deseos carnales, pero el gozo da sabor a
los deseos espirituales. El mundo actual sufre mucha tristeza y depresión por su
materialismo, que nunca llena el corazón humano con la alegría
Cristiana. Dios es el único
capaz de saciar nuestra sed para llenar nuestro corazón con banderas
del Amor. De este fuego ardiendo más y más, vienen las alabanzas
glorificando a Jesús, el Señor. Los
Judíos presentes para celebrar la Pascua comenzaron a hablar y cantar
en “idiomas”. Para
mucha gente Cristiana como nosotros, la plenitud del Espíritu está
derramada en cada persona según su esperanza.
El Nuevo Pentecostés comenzó en La Iglesia Católica en 1.967
con un grupo de universitarios, pidiendo el Poder del Espíritu Santo
con sus dones como en el Primer Pentecostés.
Muy pronto casi todo
el grupo comenzó a alabar y glorificar a Dios en otras Lenguas.
La alegría Cristiana crecía mucho y algunos comenzaron a hablar
la Palabra Profética con gran claridad. Mucha
gente comenzó a decir que
el Padre está derramando
su Espíritu sobre toda la humanidad.
Algunos preguntan, “por qué los dones carismáticos están
floreciendo como en el principio? Sin duda, la respuesta es muy
sencilla: son
indispensables para que la Iglesia ofrezca la Salvación gratuitamente
al mundo. El alboroto
espiritual era muy grande y los judíos dijeron: “Están borrachos”. Pedro tomó la profecía de Joel para explicar los
sentimientos tan fuertes. Como
San Agustín escribió: El
Don de Lenguas es nada más que cantar en las sílabas que el Espíritu
da cuando el gozo es casi incontrolable y no hay palabras humanas para
expresar una experiencia espiritual tan agradable.
Cantar el amor en su
propio corazón, no en palabras, sino en Fe y en alegría, es la fuente
de conversiones y el interés para todos.
Las necesidades universales son tan grandes para evitar
otra guerra mundial, y las fuerzas
Cristianas son tan débiles que el mundo actual no encuentra
salvación, sino en un nuevo derramar del espíritu.
¡Ven, Espíritu Santo1 ¡Ven!
Renueva la Faz de la tierra, que está gimiendo y llorando,
esperando su liberación por los Hijos de Dios, los Hijos de la
Resurrección. ¡Pentecostés!
Uno de los grandes misterios de Fe que la Iglesia celebra cada año.
Sin el derramar del espíritu Santo el Misterio Pascual, la compenetración
de la cruz y la Resurrección, no entraría en la Iglesia de Jesús
eficazmente. más en
nuestro tiempo Dios está ofreciendo su Espíritu en poder y plenitud
como en principio. Es
el Espíritu Misionero que sale para Evangelizar. La Nueva Evangelización depende del Nuevo Pentecostés por
su fuerza, inspiración y unción.
La conversión de tantos pueblos descristianizados es una de las
tareas más urgentes. Países
como Francia u Holanda, necesitan escuchar a muchos jóvenes proclamando
la Buena de Jesús
nuevamente. Muchos quieren
ver signos otras vez, como cuando Cristo sanó a los enfermos, liberó a
los poseídos e hizo milagros para
convencer a los Judíos que el Mesías Prometido ya había llegado.
En América Latina queremos la Evangelización con la Virgen María,
Madre de Jesús, muy presente. Sí,
Virgen María, Madre de Esperanza, enséñanos a Evangelizar. |
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