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Libro 7 Cartas 45 al 48 | |||||||||||
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NO
HAY AMOR MAS GRANDE
El hombre no puede vivir sin amor.
Su vida está privada de sentido, si no le es revelado por el
amor. Si no se
encuentra con el amor, si no lo experimenta y no lo hace propio;
si no participa en él vivamente, la persona no crece.
La madurez de cada ser humano está medida por su capacidad de
amar y no por ser amado. Jesús
habló con mucha profundidad cuando él nos enseñó:
“El que ama su vida la destruye, y el que desprecia su vida en
este mundo, la conserva
para la vida eterna. Amar
con Cristo y por El, e construir y no destruir y, despreciar su vida en
Cristo es apreciar su vida pata la vida eterna. El
amor más noble que existe se humilla libremente en la Santa cruz pata
perdonar todos los desamores en la historia humana.
No hay amor más grande que dar la vida por sus amigos, pata que
crezcan en el amor que nos salva.
El Maestro de los corazones y Pedagogo de la búsqueda a la
santidad, quiere animarnos a amar la vida eterna con un amor único,
cuando El dice: “¿Qué
provecho tendrá cada persona si gana el mundo entero, pero pierde su
vida? ¿Qué puede alcanzar
cada criatura en este mundo que valoriza otra cosas, más que la salvación
eterna de sus alma? ¿Qué
voy a dar en cambio por mi alma? Grande,
muy grande, es la decisión de amar a mi Dios más que a todos los otros
amores juntos. Como el
Salmista canta, “Sólo en Dios descansa el lama mía”.
Cada persona humana tiene que amar a las otras personas y no
usarlas, pero encontramos el Amor más noble descansando en la gran
esperanza de todos. Enamorarse,
es buscar una persona que llene mis aspiraciones mas noble con paz.
Encontrar la persona ideal, es entrar en noviazgo con ella.
Pero el matrimonio es unirse mutuamente en una unión tan íntima
como una sola persona. Enamorarse
es busca, noviazgo es encontrarse, pero el matrimonio es unirse.
Una de las grandes tareas en cuaresma es purificar el amor falso
en mi corazón. “Felices son aquellos con corazones limpios; ellos verán a
dios”. Donde está tu
tesoro, allí está tu corazón. y donde está tu corazón, allí esta
tu mente. Cuidando
mucho que el tesoro de los tesoros en mi corazón es Jesucristo,
entonces mis pensamientos más distraídos están con El, y la
purificación de mi corazón comienza en seguida.
Si el amor falso entra en el corazón
por los deseos de la carne, todo el desamor
sale por los deseos espirituales.
La lucha espiritual está entre los deseos espirituales y los
deseos carnales. La
victoria que vence este mucho es nuestra Fe.
Meditando la Palabra del señor, encontramos otra fuete y fuerza
para purificar el corazón. La
Palabra es como el carbón ardiendo que purificó los labios de Isaías
para tomar su misión profética. Los
ayunos y la obras de misericordia, también purifican cada corazón pata
cumplir la voluntad del Padre.
No hay pecados en el cielo.
Dios no puede pecar. Jesucristo
es el Justo, el Santo de Dios. En
El no hay pecados. La
Virgen María, por el gran privilegio de la Inmaculada Concepción, fue
concebida y nació sin pecado. todas
las otras personas humanas fueron concebidas y nacidas en pecado.
Los animales no pecan. Solamente
las personas humanas y los ángeles son capaces de pecar, porque ellos
gozan una libertad deficiente. Cuando
la libertad es más perfecta hay menos pecado.
y cuando la libertad es total como en Cristo, es imposible pecar.
Pecar implica una decisión de actuar conyt5ra la voluntad de
Dios. Pecar es ganar la
espalda a Dios y la cara al mundo, contra Dios.
Pecar es ensalzar mi propio “Yo” sobre el Amor de Dios.
Dos amores han hecho dos ciudades, dice San Agustín.
El Amor y el amor a mí mismo sobre
los otros amores ha hecho la ciudad terrenal. La fuerza de la
ciudad celestial es mucho más
grande que el poder de la ciudad terrenal.
El Amor hacia Dios es más fuerte que el pecado.
“Porque es fuerte el amor como la muerte, y la pasión, tenaz
como el infierno. Sus
flechas son dardos de fuego, como llama divina.
No apagarán el amor ni lo ahogarán océanos ni ríos”.
Hace 50 años el Papa Pío XII dijo que el pecado del mundo
actual es perder el sentido de pecado.
Algunos autores escriben artículos con títulos como:
“Alcoholismo, ¿enfermedad o pecado?”
Otros preguntan, ¿Masturbación,
alivio ó pecado? Pecar es
actuar con libertad, y no sentirme como víctima de mis pasiones,
impulsos y deseos. Cuando
yo puedo decir, “Mi alma está en mis manos”, soy responsable por
mis actos buenos y malos. Lo
importante es reconocer que
yo soy responsable por mis pecados, es la capacidad de arrepentirse y
recuperar la vida. El alcohólico
y el drogadicto pueden arrepentirse y recuperar la vida. Sentirme
culpable por mis pecados hace la reconciliación posible y la pena
cambia en satisfacción. hay
algo maravilloso en una María Magdalena en ser libre de la prostitución
y de los 7 demonios para alcanzar la santidad de Dios.
El mismo hijo pródigo es admirable en su sufrir cuando el volvió
a sí mismo para decir, “He pecado contra dios
y contra mi Padre. Ya
no soy digno de ser tu hijo, pero acéptame en la casa familiar como un
sirviente”. La
reconciliación con dios Padre en la Cruz
de Jesús, ofrece al pecador arrepentido la posibilidad de
comenzar una nueva vida. Alguien puede santificar y agradecerle a Dios
por enfermedades, accidentes y la muerte.
Pero el pecado nunca viene de Dios, y el pecador tiene que
arrepentirse para cambiar su vida.
La Gracia gratuita del Padre, entra en el corazón borrando la
culpa eterna y dando un corazón nuevo que lo alabe día y noche.
La misericordia del Padre en Cristo es totalmente gratuita, y
obra sus maravillas libremente en el alma contrita por sus pecados.
En la reconciliación, Dios toma la iniciativa moviendo el alma
bajo su Gracia a una constricción sincera con el espíritu de no dar
pasos atrás. La conversión
de un solo pecador es la causa de más gozo en el cielo que 99 justos
que no necesitan penitencia.
Toda la cuaresma tiene un espíritu renovador en el alma de los
pecadores quienes quieren cambiar sus vida.
El otro día un joven dio un testimonio del cambio en su trabajo,
estudios y familia, cuando el tomó la decisión de arrepentirse
y dejar los pecados. Todas
las relaciones con Dios, sus hermanos y sí mismo salieron agradables y
bendecidas. “La
Sangre de Cristo tiene poder para deshacer lo malo de mi ser”. Jesús dejó la gran reconciliación de los pecadores en las manos de los cristianos como Iglesia, la comunidad de los reconciliados en Cristo se hace una hermandad de reconciliadores.
Así contestó Dios mismo cuando Moisés le preguntó su
nombre. Ve y dile a
todos que “Yo Soy”, te mando para liberar a tu pueblo de la
esclavitud en Egipto. “Este será mi
nombre para siempre, y con este nombre me invocarán tus hijos y tus
descendientes”. El Dios
de la revelación es el señor de la creación. Es
El habló con Moisés en la zarza ardiendo.
Es El que llamó a Israel, Pueblo Mío, y que sacó a su pueblo
de las manos del Faraón. Es
El que llamó a su Hijo, Jesús, Emanuel, es decir, “Dios con
nosotros”. Toda la creación
tiene un solo grito a nosotros, “Yo no soy El que Soy, sino más bien,
yo soy el no Es”. La
plenitud de la vida en el Buen Pastor es algo muy grande, porque es El
que da vida y vida abundante. El
otro día recibimos una sorpresa muy bendecida en el Señor.
Durante una visita a los enfermos encontramos a un hombre muy
mal, al borde de la muerte. El
nos dijo, “Padre, yo soy muy realista.
Yo sé que en algunos meses voy a morir.
Pero yo lo llamé a usted para orar para que yo muera lleno de
amor hacia la vida, y no aburrido con vida.
con ganas de desaparecer. Yo
creo en la vida eterna y en el din de la vida, yo espero encontrar el
Rostro de mi Padre”.
Durante Cuaresma, Dios quiere darles a todos, experiencias muy
agradables de su Luz, Vida y Amor.
Busqué al Señor y me dio una respuesta, y me libró de todos
mis temores. Este pobre
gritó, y lo oyó el señor y los salvó de todas sus angustias. Hagan
la prueba y vean cuan bueno es el señor.
Pasó un día, que un sacerdote entró en la iglesia para
celebrar la Misa y en la puerta veía a un niño chupando su dedo muy
feliz. Le preguntó al niño
si le gustaba su dedo, si acaso tenía buen sabor.
El niño sacó su dedo de su boca y se lo ofreció al sacerdote
diciendo: “Pruébalo y ve
cuan bueno es mi Señor”. Solamente
la experiencia alegre puede convencer a muchos como Santo Tomás,
dudando de la experiencia interior de un Nuevo Pentecostés. Dichoso
aquel que busca en El su asilo, su refugio.
Lo principal le encuentro con Dios es la experiencia de Su Luz Su
Vida y Su Amor. El que Es,
es pura Luz, y en El no hay lo más mínimo de oscuridad y errores. Pero
más que nada no hay unas tinieblas de mentira y engaños. Dios,
nuestro Dios, es sobre todo, Vida y, Vida abundante. La nueva vida da una participación den la
Vida Eterna. Toda la cuaresma es una victoria sobre la muerte, las
enfermedades y la dominaciones. Muchos
sienten sus almas amarradas fuertemente al cuerpo y a los bienes
materiales de la Vida Antigua. Solo Dios hace a cada persona plenamente
feliz, llena de Vida; la Vida que nunca termina. Parece
en principio que las penitencias y las disciplinas de la cruz van a
producir nada más que dolores y derrotas. Qué sorpresa más agradable es hacer la prueba y sentirse plenamente feliz. El Señor está cerca de las almas que sientes aflicción y salva a aquellos de espíritu abatido. Pues El es quien da a nuestra alma la vida e impide que tropiecen nuestros pies. El efecto interior de probar la bondad de Dios, es descansar en el. Mi alma descansa solo en Dios, de El viene mi esperanza, mi alegría y mi salvación. El es mi roca, y mi fortaleza, no he de vacilar.
Nadie puede salvarse a sí mismo.
todos necesitan un Salvador, no hay Salvación en ningún otro
nombre, si no en el nombre de Jesús. ¿Qué
dice el Salvador de toda la raza humana?
Para nosotros parece demasiado fácil decir, “Yo acepto a
Jesucristo como mi Salvador personal”.
No nos toca sufrir los dolores en carne propia, porque Jesús
llevó la Santa Cruz al Calvario y murió para salvarnos a todos. De repente alguien puede sacrificar su propia vida para salvar
a otras personas muy queridas. No
hay amor más grande que dar su sangre para perdonar. Dar su sangre es dar su vida y dar es dar su amor.
Donde está tu tesoro, ahí está también tu corazón. Y
donde está tu corazón, está tu mente.
No hay duda que el tesoro más
grande, es poseer la Vida Eterna. Pero
Jesucristo nos ofrece la Vida eterna en la Santa Cruz.
Amar a Jesús en la Cruz, es negarse a sí mismo para ser
salvado. Jesús quiere
darles a todos un corazón nuevo que lo alabe día y noche.
¡Qué dicen las alabanzas de los corazones nuevos, sino que
nuestros corazones sean moradas de Jesús? creer en tu corazón que Jesús resucitó y confesar con tu
boca que El es El Señor, es el signo de hombres y mujeres nuevas
salvados por su misericordia.
El Cristianismo actual tiene que recuperar la Fe de los mártires
que gritaron en sus Eucaristías, “Maranatha”, Ven! Señor Jesús!
Ven!. Señor por que tú tienes el Nombre que está sobre todos los
otros nombres! Jesucristo
es El Señor”. Cuando Job
comenzó a preguntarle a Dios Yavé sobre el sufrir de los inocentes, la
respuesta era, “Dios da, Dios quita, bendito sea Dios”.
No es una cuestión de castigos por pecados escondidos o una pena
por sacrificios rechazados. Algo
es muy grande en la expresión de Fe de Job.
El no quiere causar la ira de Dios, tratando de encontrar las
respuestas a los secretos del plan eterno.
El ser humano automáticamente quiere entender el sentido de la
muerte de los inocentes cuando el dolor nos toca muy de cerca en un
hermano o un buen padre. Pero
la nobleza de la Fe profunda, es quedarse fortalecido en la Vida Eterna
sin entender porqué las personas muy
buenas mueren temprano y los malos viven largos años.
La experiencia nos enseña algunas verdades muy profundas en el
crecimiento espiritual. Algunos
gritan, “Padre, no doy más”, no sé que pasa, pero estoy seguro que
nada malo puede entrar en ti y en tu plan. El ministerio de sufrir está iluminado en el
cuarto canto del Servidor
de Dios Yavé. Esta figura
misteriosa, que es maltratada y torturada por sus compañeros, recibe en
el fin de la salvación del universo entero.
Su sufrir no es en vano, ni consiste en una respuesta de
resignación ciega. Dios es
un Buen Padre y no quiere que nadie se pierda eternamente.
La salvación de los pecadores arrepentidos viene por el sufrir
salvífico de Jesucristo y as buenas personas que sufren con El.
No hay amor más grande que dar su Vida por sus amigos y por sus
enemigos también. La Santísima Virgen María a los pies de Santa cruz, “de
pie”, está ofreciendo el sacrificio más grande que hay, la Vida y la
Muerte de Jesús. Que nadie sufra solo, y nadie busque a un Cristo
sin su cruz. Y nadie lleve
una cruz sin Cristo. Una
sola Cruz y el peso sobre los hombros de El.
En apariencias Jesús es culpable por todos los pecados de la
historia humana. El es como una víctima, mudo y desnudo, por todos los
pecados. El heroísmo de los mártires tiene sus raíces en el Gran Héroe,
Jesucristo, llevando la santa Cruz en el nombre de todos. El
está sufriendo voluntariamente, libremente por todos. gracias
a El y Su Gracia Santificante, podemos santificar todo lo malo en la
tierra menos el pecado. La
Fe en El crece en las pruebas y se intensifica en las crisis.
Cuando las fuerzas humanas están totalmente agotadas y no parece
que haya sentido en el sufrir, recién vemos la grandeza de negarse a sí
mismo cada día, tomar su Cruz y andar en pos de El.
Somos buenos sembradores, pero malos cosechadores. No
sabemos cosechar lo que otros siembran y cultivan. La cosecha, tantas
veces es abundante, pero los cosechadores son ciegos y sordos hasta que
un sufrir fuerte esté encendiendo de nuevo los deseos espirituales. “En la cumbre del monte de la Gloria, se ciñe la corona
solo el bravo, que se atreve a marchar por el camino, que atraviesa la
cumbre del calvario. Pero
más codiciable que esa gema , será mirar el rostro del que quiso, por
mí y por ti llegar hasta el Calvario. |
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