Libro 5           69 - 72        Cada una de estas páginas contiene 4 cartas

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CARTA    72  

  69         EL CRISTO DE LA NUEVA EVANGELIZACION

Vive, Jesús, el Señor. ¡El vive! ¡El vive! Vive, Jesús, el Señor. El Cristo de la primera evangelización, y por casi 500 años después, era un Jesús horriblemente crucificado, muerto y sepultado. Su Resurrección, como el Señor del universo y Rey de los reyes, no recibió su importancia como el misterio principal del Cristianismo. Hasta hoy día, Vienes Santo, es el día más solemne, del pueblo católico, y la procesión del Santo Sepulcro es el culto más concurrido del año de Pe. El Cristo Muerto en la Santa Cruz con todos vestidos de negro, era el símbolo de un Cristianismo heroica mente sufrido, pero incapaz de inspirar una nueva ética de liberación histórica y una nueva esperanza de una nueva visión teológica. Por muchos años, la Cruz seguía demasiado identificada con la espada, la iglesia con el poder de los reyes y la pastoral con el dinero de los ricos. Medellín, Puebla y Santo Domingo trataron de romper la imagen de un Cristo identificado con los blancos, la civilización occidental y los poderes de este mundo.

Ahora tratemos de capturar el cambio teológico pastoral en este cuadro que lleva el título, ¡Escuchad Américas! "La Verdad os hará libres. Las "carabelas" siguen al fondo para simbolizar que "El es el mismo Jesús, ayer, hoy y para siempre. Pero, ahora, Jesús de la nueva evangelización es el Señor muy Resucitado, lleno de vida, entrando de nuevo en las Américas para reinar en sus seguidores. Ya no es el Cristo Muerto y Sepultado de antes con las Misas muertas y las ceremonias ritualistas. El esta presentando un Cristianismo lleno de vida y esperanza, desprendiendo de la Cruz para dar primacía a la Resurrección en el Misterio Pascual. El vive por el Poder de Su Espíritu con llagas brillantes. Es la bandera del amor para purificar los amores falsos. El está presente en las combates espirituales e históricos para comunicar la triple victoria de la Cruz sobre el pecado, satanás y la muerte a los "Cristifideles". El es el Constructor de una nueva América Latina como parte de la Nueva Civilización del amor.

El es el Cristo moreno de las culturas mestizadas y su Evangelio bien inculturado. Otra vez Jesús es el centro de la nueva cultura que esta naciendo, el centro de los matrimonios y hogares hechos en El y el Centro de las nuevas comodidades brotando en el Cristianismo. El quiere dar la plenitud y el Poder de su Espíritu a su Iglesia que está renaciendo como un Nuevo Pentecostés. El es el Espíritu Misionero que dice a toda América Latina: Vayan al mundo que no me conoce y proclamen de nuevo la Buena Nueva de la salvación. El dice como en principio: Yo estoy con ustedes hasta el fin del mundo.

 

LA VIRGEN MARIA (Estrella) DE LA NUEVA EVANGELIZACION

La Virgen María, madre de Esperanza, enséñanos a evangelizar. Tú eres la primera discípula de Jesús y la discípula más fiel". Toda la devoción sólida a María es Cristocéntrica. Bajo el poder del Espíritu Santo ella concibió a Jesús y lo presentó a toda la humanidad como el único Salvador. Ella es la Mujer valiente en el libro del Génesis 3:15, que esta pisando la cabeza de Satanás. Con ella queremos decir al Padre: "Ahí estoy, tu esclava, haz en mí según tu voluntad". Madre de Jesús y Madre de Dios, ella merece la veneración de toda la iglesia en un manera muy especial. La Iglesia de Jesús siempre ora así: "Santa María, madre de Dios, ruega por nosotros”. Su intercesión es muy eficaz para toda la Iglesia.”

Pero más que la intercesión de María es la imitación de su lucha profética contra los que obstaculizan el Reino de su Hijo en la tierra. Ella canta la victoria de los hambrientos sobre los satisfechos y de los pobres sobre los ricos. María es la modelo de los hombres y mujeres actuales que tratan de vivir la esperanza del Reino hoy día. No es una mujer cerrada en sí misma, en su casa, en su santidad. No, ella es modelo de combate espiritual contra las fuerzas oscuras desatan el pecado y la muerte. América Latina necesita la presencia histórica de María en su búsqueda de la liberación Cristiana y a la dignidad de la mujer. La Iglesia canta a María, "Ven con nosotros, caminar, Santa María, Ven". Es decir, acompáñanos en la lucha diaria con tu esperanza y tu amor. Ella está presente para que el compromiso histórico de los Cristianos sea más profético y menos ideológico, más salvífico y menos violento.

Todos los Cristianos en América Latina queremos ver en los cuadros de María algo de su santidad, de su pureza y su intercesión. Pero más que nada, ella tiene que ser presentada como muy presente y muy comprometida en el combate espiritual para construir el Reino de Cristo con una nueva civilización del amor. La Estrella de una nueva evangelización tiene que ser también la antorcha de un nuevo Pentecostés. La misma iglesia necesita ver a su madre, muy unida con sus hijos en el sufrir y en las alegrías, en las victorias y en los dolores. Pero lo principal en la hora actuales mutar y experimentar su grito al Padre: "Su Brazo llevó acabo Hechos Heroicos". La mujer vestida con el sol, con una corona de 12 estrellas sobre su cabeza no solamente es la Asunta en el cielo. Ella es más bien la Nueva Mujer que invita a sus hijos a desafiar lo injusto, y que el "Sol de la Justicia brille mis v más en la tierra." (Ap. 12:1)

 

CRISTO OBRERO

EL Papa Juan Pablo II, en las orientaciones que se dieron acerca de la liberación dijo, que la solución del problema de la miseria en el mundo se encontrará en el establecimiento firme de una civilización del trabajo. Dijo también que en una sociedad, un sistema de relaciones de trabajo que son justos, se ofrece como prefiguración del tipo de sociedad política que debe existir para esta gente. Estas declaraciones y muchas otras de él, nos hacen pensar en el trabajo humano en la civilización nueva que está naciendo.

Entre todas las actividades humanas, ¿Qué es el trabajo? ¿Cuál es el sentido del trabajo? En primer lugar es una actividad útil, no es ocio. Es más bien, como un instrumento a un fin. Es digno; dignifica la materia y al trabajador que lo hace. También debemos decir que es corporal siempre pasa por el cuerpo. Por eso es cansador,  trae la fatiga. "Con fatiga sacarás de la tierra tu alimento por todos los días de tu vida. Espinas y cardos te dará, y comerás la hierba del campo. Con el sudor de tu frente comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste sacado. Porque eres polvo y al polvo volverás". Pero de su naturaleza el trabajo tiende a mejorar, a perfeccionar la creación. El trabajo es necesario en un doble sentido. Gana el pan de cada día y expresa o realiza el talento y las posibilidades del trabajador. Tiene una dimensión social; de su naturaleza es social; relacionando al trabajador a otros, en la construcción de un Pueblo.

¿Cuál es la primera relación del ser humano a la creación? No es económica como muchos han pensado; más bien es ecológica. Es el sentido de la Escritura, cuando dice que el primer hombre nombró a todas las criaturas. Era cuestión de conocer y apreciar su verdad y su belleza. Después de la ecológica, viene la relación económica, que no es en primer lugar cuestión de propiedad; es cuestión de trabajo. De todos los factores económicos, trabajo significa persona, una persona humana que está actuando. Propiedad viene después. De su naturaleza, la propiedad nunca debe ser completamente exclusiva' debe quedarse abierta a su dimensión social, también como el trabajo.

Podemos hablar del "Evangelio del Trabajo, en el libro del Génesis. ¿Por qué Dios trabajó seis días y el séptimo descansó de su trabajo? Parece que el autor quiso darnos un ejemplo. Dios es un trabajador que descansa y el ser humano que ha sido creado a imagen y semejanza del Dios que trabaja, participa en la transformación de la creación, que Dios nos ha dado. Su trabajo humano es recreación, perfeccionamiento y parece que el autor del Génesis quiere establecer la semana.

 La semana no está fijada por la naturaleza como las estaciones de año, más bien es por la revelación. Dios vio su creación y dijo que "era bueno, y muy bueno". También nosotros debemos buscar la excelencia en nuestro trabajo y en el descanso. El ser humano trabaja para vivir y no vive para trabajar. La finalidad del trabajo es el descanso, especialmente espiritual; no es el lucro. El Papa Juan XIII dijo, "Si no ponemos el día de descanso de cada semana en su lugar, no vamos a poder ordenar bien los días de trabajo." "Acuérdate del día Sábado para santificarlo. Trabaja seis días, y en ellos haz todas tus faenas. Pero el día séptimo es día de descanso, conságralo a Yavé tu Dios. Que nadie trabaje. Ni tú, ni tus hijos, ni tus hijas, ni tus siervos, ni tus siervas, ni tus animales, ni los forasteros que viven en tu país. Pues en seis días Yavé hizo el cielo y la tierra, el mar y todo cuando hay en ellos, pero el séptimo día Yavé descansó, y por eso bendijo el Sábado y lo hizo sagrado".


LA LIBERTAD DE LOS HIJOS DE DIOS

Libre, tú me hiciste libre, libre en Ti, Señor' Grande, muy grande es el valor humano y Cristiano de la libertad. Toda la creación, y cada criatura es un cántico de Amor. Pero lo peculiar del ser humano es la capacidad de cantar o no cantar el cántico del Amor. Todo el "sí, en las acciones humanas vienen totalmente de mí y totalmente de mi Dios. Todo el "no", todo el "no ser", todo el "no existir", que está presente en mis pecados es totalmente de mí y no de mi Dios. La libertad está mucho más en lo bueno que en lo malo, en mi ser, que en mis quehaceres. La plenitud de Vida en Cristo es tan perfecta que no pudo pecar, pero la perfección de su libertad consistía en sufrir por los pecados de los otros. Sí, Jesús, murió para perdonar los pecados, pero aún más para liberar al pecador y sanarlas heridas que falsifican la libertad. La infusión de la Nueva Vida por el Espíritu en perdonar los pecados es una fuerza de Cristo para vivir la nueva libertad de los Hijos de Dios. "Libre, tú me hiciste libre, libre en ti, Señor".

La Resurrección de Jesús es la Fiesta principal que la Iglesia Católica celebra cada año en su liturgia. El renacer como hijos de Dios es una incorporación en el llamado "Misterio Pascual" de Jesús. La libertad era tan fuerte en Jesús, que el dijo, "Nadie ha podido quitarme la vida sino que yo mismo la voy a entregar. Libremente la entregaré, y libremente también la recobraré." Es decir que Jesús durante toda su pasión y muerte está sufriendo y actuando libremente, y no forzado. El es el Gran Mártir entregando su Vida voluntariamente para que los otros, sus hermanos por Fe, puedan recuperar la libertad. La libertad de los hijos de Dios, está mucho más presente en la Resurrección que en la Santa Cruz. El sufrir hasta morir hace la nueva vida posible, borrando la iniquidad del corazón por la Sangre de la Cruz. Pero es la Nueva Vida de Cristo Resucitado que hace al Cristiano verdaderamente libre, "Libre, tú me hiciste libre, libre en ti, Señor." La libertad Cristiana tiene sus raíces en la Verdad en toda su plenitud. Por ser mis discípulos, dice Jesús, van a reconocer la Verdad y por la Verdad van a ser libres. El pecado esclaviza el alma y encarcela el corazón, pero es como un apagón de la "luz" de la verdad en la mente. La Gracia de Dios es una fuerza liberadora que rompe las cadenas en el Corazón Nuevo, de "carne" y no de "piedra", y hace una Nueva Luz que brilla en la mente iluminado por el Amor del Señor. La humildad mucho más grande que la vida humana. Mentir o no mentir, robar o no robar, son decisiones de una conciencia bien formada en la Luz del Señor. Pero creer o no creer, es un don totalmente gratuito, infundido por el Espíritu Divino, como es arrepentirse, o no, bajo la Gracia santificante del Padre. Sí, "libre, tú me hiciste, libre en ti Señor.

Donde está el Espíritu de Dios, hay libertad, hay libertad. Ahora que libre soy, libre para ti, quiero rendirte culto, quiero cantarte gloria, ¡Gloria a Ti, Señor!

 

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