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Libro 5 73 - 76 Cada una de estas páginas contiene 4 cartas | |||||||||||
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El primero de Mayo, Fiesta de San José Obrero, Día del trabajo y de los
trabajadores. El mundo actual es capaz de reconocer la importancia del
trabajo y de la clase obrera. A pesar de que el ser humano no vive para
trabajar, sino más bien trabaja para vivir, el trabajo es indispensable
para humanizar la creación y ganar el pan de cada día honradamente.
Vivimos en tiempos extraordinarios cuando el obrero puede hacer
maravillas usando la tecnología científica como un instrumento
humilde. Ya el trabajador se siente libre de muchas labores pesadas y
cansadoras, reemplazados por las máquinas. Cada máquina es algo
maravilloso, porque representa el pensamiento humano encarnado en hierro
y madera. Las ideas son espirituales y tienen una capacidad muy grande
de usar lo material para construir un mundo más perfecto para servirle
al obrero en su búsqueda a la felicidad. Vemos ahora una máquina tan hábil
que por la automatización, una sola persona puede manejar una fábrica
grande sin sudar. La revolución electrónica y óptica es capaz de
poner toda la creación al servicio del hombre y su familia. Pero, el obrero tiene que descubrir el gran secreto escondido en la creación
material. Las plantas y los árboles, los ríos y el mar, las estrellas
y la luna hablan de un Dios que es el Autor de toda la creación. El que
es pura existencia, eterno e infinito, es también totalmente inmanente,
es decir, presente en cada criatura y en toda la creación. Los árboles
gritan antes de ser cortados y usados: "Yo no soy tu Dios, pero atrás
de mi ser está el Dios Verdadero manteniendo y gobernando mi vida para
servirte a ti y a tu familia. Mi primer servicio es llamarle a la vida
contemplativa para encontrar tu Dios y mi Dios, para elevar sus
pensamiento más allá de los intereses económicos y útiles. Enseguida
el Dios de la creación va a hablara la raza humana un mensaje ecológico:
Cuida mis animales y mis plantas, no solamente para preservarlos sin ser
usados, sino para conservarlos en el mismo uso. Dios quiere un
desarrollo que es integral y armónico, sostenible y productivo. Ahora
el trabajo entra para ganar el sueldo justo y familiar, para establecer
un dominio que es estable y permanente, llamado propiedad! El trabajo no es simplemente una actividad útil y necesaria, corporal y
constructiva. No, los obreros y trabajadores de toda índole constituyen
el grupo social más grande. Cuando ellos están bien organizados su
contribución al bienestar de cada país, es la clave para entender el
orden social que produce la paz social. Constructores de la nueva
civilización del amor, los obreros de la justicia social son
instrumentos eficaces para establecer el Reinado de Cristo en la tierra.
La solidaridad caritativa es el otro lado del Evangelio social. Lo que
la justicia hace posible, el amor lo realiza. Cuando Injusticia es rígida
e impersonal el amor entra para dar una dinámica nueva con flexibilidad
y dedicación personal. La naturaleza social del trabajo tiene que
desarrollar cuidados interesados en el bienestar del pueblo entero. El
Cristianismo no es un individualismo, Jesús y yo. No, la Fe verdadera
se abre a los demás en penas y alegrías para mantener un equilibrio
dinámico en el cambio social. Felices son los que trabajan por la paz;
van a ser llamados hijos de Dios. En una manera muy especial, la nueva
civilización que está naciendo tiene que ser una civilización del
trabajo. El trabajo dignifica al obrero y construye el mundo. El trabajo
enriquece el pueblo y ennoblece a los obreros. Los obreros de la
justicia son siempre los peregrinos del amor que sacrifican todo para
construir un mundo nuevo. ¡Verdad! El Señor es mi Pastor, pero mucho mas, El es Nuestro Pastor.
Cristianismo no es un individualismo, sino hermandad. No es tanto, Jesús
y yo, sino Jesús y nosotros. Dios quiso que nos salvarnos como Pueblo y
no como personas aisladas y separadas. Unidos en Cristo por el Espíritu
Santo, tenemos acceso a las fuentes de las aguas de la vida. Todos
entramos en el redil por la misma puerta que es Jesús, nuestro
Salvador. Por El somos salvados y podemos circular libremente. El Buen
Pastor nos da pastos verdes y no pasto seco, y El nos promete Vida y
Vida abundante. Cuando Jesús entra en el redil, como todos los
pastores, El comienza a silbar. Las ovejas escuchan su voz y El llama a
cada una por su nombre. Por su bondad y misericordia, Jesús es mucho más
el Buen Pastor que el Justo Juez. El vino para salvar las ovejas
descarriadas y no para condenarlas. Jesús siempre busca las ovejas
perdidas hasta encontrarlas y regresa al rebaño con la oveja perdida
sobre sus hombros. El no está castigando a las ovejas, sino dándoles
el lugar privilegiado sobre sus hombros. El Buen Pastor da su vida por las ovejas. Cuando viene el lobo o un león,
el jornalero ordinario huye. Solo el pastor del redil va a pelear para
defender sus ovejas. Jesús es el Gran Mártir en la Santa Cruz dando su
vida libremente para que los otros vivan mejor. La muerte de Jesús en
la Santa Cruz, con toda su fuerza y amor presente es salvífica, porque
la sangre de los pequeñuelos, los inocentes tiene poder. Si un gran
criminal muere en sus crímenes no hay salvación para nadie y el
pecador no pierde su miedo. Entra en peligro de un nuevo fracaso para
llevar la carne frustrado más allá de un morir en cuerpo. Solo el Espíritu
puede entender el Reino de Cristo en la misma naturaleza, y cuanto más
en la nueva creación. La nueva vida que Jesús quiere dar a Su Pueblo
comienza con corazones nuevos, actitudes transformadas y valores
renovados. Jesús de la Pascua es el Verdadero Pastor sacrificando su
Vida para que el mundo sea salvado. Si, alguien cerca está de mi y de tí, es nuestro Salvador Jesús. El Señor
Resucitado quiere comunicar a su rebaño un Espíritu apostólico,
misionero. Cuando su rebaño está reunido en alabanza, el Buen Pastor
comienza a llamar a sus ovejas por su nombres y sacarlas afuera del
redil. Ellos escuchan su voz porque conocen a su Pastor y andan detrás
de el. Ellos son los mejores evangelizadores proclamando la Buena Nueva
de la Salvación con convicción y amor. El pasto verde de este redil es
el Cuerpo y la Sangre del Señor. La celebración Eucarística es el
mejor momento para sentir la comunión del Señor. También es el mejor
momento de recibir el celo apostólico e ir al mundo para predicar a los
pobres. La Nueva Evangelización en toda América Latina depende de un
Nuevo Pentecostés para sentir el fuego ardiendo más y más. Para
producir fruto y fruto abundante. Todos tienen que participar nuevamente
en la venida del Espíritu Ven! Ven! a mí, Señor. Ven a mí, Jesús,
Ven! Ven! Ven! Ven! No hay ningún tema más importante que el Amor. Como San Pablo dice: que
hay tres realidades muy grandes: Fe, Esperanza y Caridad, pero lo más
excelente es el amor. La Fe termina con la muerte, porque tiene que ser
realizada en la Visión Cara a Cara con Dios que hace a cada persona
plenamente feliz. La misma Esperanza termina en la futura posesión de
El que es Vida Eterna en toda su plenitud. Si la Fe está realizada en
El que es pura Luz, y la Esperanza llega a su plena bendición en El que
es Vida sin fin, cuánto más grande es el Amor que nunca terminará, ni
en el Cielo, ni en la Tierra. Nadie vive para trabajar, pero todos viven
para amar. Lo excelente en conocer a Dios brilla en la mente, pero lo
extraordinario en el Amor, es descansar en el Amado. La esperanza
inspira y conmueve la lucha de los deseos espirituales contra los deseos
carnales. Pero el Amor transforma los lamentos en bailes y levanta las
tristezas en alegrías El amor humano tiene su origen y su fin en el
amor divino. Dios nos ama y su Amor hace todo nuevo. Nosotros somos atraídos
a lo amable, pero el Amor de Dios hace a cada persona amable. Con la fe,
comienza la gran búsqueda de El, que es puro amor, y con la esperanza
se encuentra el Amor Verdadero entre muchos amores atrayentes. Pero el
amor produce la unión interior e intensa con el Amado. Fe, Esperanza y
Caridad Búsqueda, encuentro y unión. Tres realidades, tres
experiencias pero lo más grande y glorioso es la unión, que es la
Caridad. El Nuevo Mandamiento del Amor es para los nuevos hombres y mujeres,
renovados por el Espíritu del Amor. El Testamento Nuevo y la Nueva
Alianza constituyen vínculos nuevos entre el Nuevo Pueblo de Dios y su
Padre. Abba Padre! Dice que Dios es amor, y que aquellos que aman, viven
en El, y El en sus corazones. Lo originalmente nuevo en el mandato de
Jesús es la medida y la fuente del Amor Fraternal "como El nos amó".
No hay amor más grande que dar su vida por amor a los otros. La fuerza
transformadora del Amor reside en su poder de morir a sí mismo para que
los otros puedan vivir mejor. El “Yo" egoísta, cambia en el
"otro" altruista por la nueva identidad en el Amor. El gran
poder del amor es la única fuerza que vence la muerte y el pecado. La
rigidez de la justicia es suavizada por la gentileza del amor. Entre los
amores diarios que hacen la vida agradable, el más importante es la
misericordia. La unión de mente y corazón en Cristo es el primer fruto
del amor, y solo esta unión espiritual puede producir un amor en cuerpo
como una sola carne. Los sacrificios hechos en el Amor de Cristo, hace a
un Cristiano Nuevo, capaz de renovar el amor apagado que sigue ardiendo
más y más. El mundo moderno quiere ver este amor obrando maravillas en
los obreros de la justicia para construir una nueva civilización del
Amor. Un hombre testificó que el
cambio más grande para él, en sentir el derramar del Espíritu en su
vida, era el perdón hacia su hermano. El hermano había matado a su
hijo en una pelea entre borrachos hace 40 años. Cuarenta años sin
confesarse, ¡cuarenta años sin comulgar! Cuarenta años de amargura y
venganza en su corazón. ¿Quién puede hacer un corazón nuevo
destruido por los oídos, sino, El que es el Amor de los Amores El Espíritu
Santo? Con la fuerza del Espíritu en su corazón, él sentía un
impulso humilde de amar y perdonar a su hermano de todo corazón. Más
que millones de ayuda del extranjero, Bolivia necesita sentir el poder
de la reconciliación entre hermanos. Verdad! En mi corazón hay una
gran bandera de amor la Santa Cruz de Jesús. Todas las otras banderas
nacionalistas, gremialistas, partidistas y winpalas, siembran la unión
interior en el grupo, pero la división exterior en la sociedad. La
bandera de la Santa Cruz tiene una
fuerza renovadora para inspirar el V Centenario de la Primera
Evangelización en América Latina. El Amor de Jesús vive hoy día en
su iglesia, pero muy apagado. Es el día de la Liberación en toda América
Latina, bajo una sola bandera del Amor: La Santa Cruz de Jesús. Jesucristo nació en Belén
"príncipe de la Paz' y resucitó de entre los muertos, Señor del
universo, Señor de la Paz. El es nuestra paz. Paz a los que creen en
El, y Paz a aquellos que esperan en El, Pero más que nada, es el amor
que tiene la fuerza transformadora para decir, "Jesús es mi paz,
es nuestra paz". La paz de Jesús, Señor de la nueva creación, es
victoriosa por el poder del Espíritu Santo. "La serenidad de la
libertad, es la paz de los hijos de Dios", y la "tranquilidad
del orden", es la paz de los luchadores de los nuevos cielos y la
nueva tierra. La paz del Espíritu es la unión de mentes y corazones en
El, que vive sentado a la derecha del Padre, y está morando en la
hermandad. Esa es la paz pascual que consiste en el Resucitado Salvador,
comunicando su Luz y su Vida a todos Sus discípulos. Es El que dice,
"Les dejo la paz", "les doy mi paz". "La paz
que yo les doy no es como la que da el mundo. Que no haya en ustedes ni
angustia ni miedo". Qué hermoso es ver a muchos jóvenes recién bautizados en el fuego del
Espíritu Santo! El entusiasmo de su gozo es contagioso, y la dedicación
de su amor es convincente. El otro día una señorita vino con su cara
radiante y sus manos ardientes. Ella nos dijo que hace dos días
participó en un grupo muy numeroso de jóvenes. Los de más experiencia
en el Espíritu comenzaron a murmurar una oración en lenguas que llenó
todo el grupo con vida. Muy pronto casi todos brotaron en el don de
lenguas, cantando y alabando con mucho poder. Después de casi media
hora descendió sobre la asamblea una unción con mucha paz. El silencio
era muy profundo y tan agradable que algunos comenzaron a llorar con
alegría. Alguien tomó una Biblia y leyó la venida del Espíritu Santo
en Hechos 2:1 13. La prédica era muy sencilla, porque "todos
nosotros sentimos la misma experiencia de los Apóstoles, un gozo casi
incontrolable con ganas de alabar en otras lenguas. Ahora, el canto fue
mucho más fuerte en lenguas y más prolongado. Cuando la unción de la
paz volvió al grupo, muchos profetizaron las maravillas del Señor.
Ella sentía ganas de dejar sus estudios y familia para proclamar la
Buena Nueva a todo el mundo. Ella nos contó: "Más tarde oramos
con algunos enfermos con la imposición de las manos y Dios usó mis
manos para sanar a dos enfermos. Nunca me había sentido tan feliz en
toda mi vida", dijo ella. De esta experiencia de un Nuevo Pentecostés, está naciendo en el
Cristianismo un espíritu misionero como en principio. La nueva
evangelización, produce maravillas cuando manifiesta el gozo, la paz,
el amor en el Espíritu. La paz que el mundo actual necesita, viene de
personas y grupos en el Poder del Espíritu. La reconciliación entre
enemigos y familiares muy ofendidos, brota del amor en el Espíritu.
Nace un amor hacia la Palabra del Señor escrita en la Biblia como nunca
en la vida. La paz social es una expresión del Amor filial y fraterno
en el mismo Espíritu. Jesús pasó los tres años de su ministerio público
como "Evangelizador de la Paz". Así, El quiere a su Iglesia,
evangelizada para evangelizar. Conquistar la paz mundial con Cristo
Resucitado, es la obra de El en nosotros y por nosotros en la Santa
Cruz. La Virgen María, Reina de la Paz, está muy cerca a los que aman
al Señor así.
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