Libro 5           93 - 96        Cada una de estas páginas contiene 4 cartas

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CARTA   96  

 

 93             JESÚS ES EL BUEN SAMARITANO

El cristianismo es mucho más que la Fe y la Nueva Alianza. Cristianismo también es más que la Moral y el Nuevo Mandamiento del Amor. Frente a los grandes Misterios de Fe, como la Encarnación hay que creer y celebrar, vivir y comprometerse. El "sí " de mi mente a la Palabra de Dios comienza la conversión de Fe. Pero, celebrar el misterio como una Fiesta de Fe es compartir con muchos hermanos el tesoro escondido en los "Secretos" de la Salvación. Aún más humano y Cristiano es la conversión moral que cambia mi manera de vivir y comprometerme con los hermanos. Construir un mundo mejor, hacer una Nueva Creación, hace al Cristianismo creíble al mundo moderno. Si no hay acción y obras de justicia pocos van a escuchar la predicación hasta cambiar la vida.

Así escuchamos la parábola del Buen Samaritano. Caminando por los caminos de la vida, vemos diariamente de muchos niños abandonados en la calle, y aún más grupos de adolescentes y jóvenes como "pandillas" organizadas para robar, asaltar y drogarse. Tantas veces el desafío del amor concreto es demasiado duro y exigente en apariencias. Vemos el sufrir del prójimo, pero cerramos el corazón más que los ojos, y damos vuelta para no caer en tanto sufrir. Cuando el que sufre no es pariente, no sentimos que la caridad nos urge a remediar el problema. Y aún más, si el que sufre es como un "enemigo" de raza, cultura y religión, es muy fácil dar la vuelta y no dar la mano de misericordia. El primer paso en vivir el Cristianismo es abrirlos ojos corporales y espirituales y ver el sufrir y las injusticias, rodeando nuestras vidas diarias. No seamos ignorantes de los prejuicios raciales, las discriminaciones sociales y las segregaciones culturales que viven en nuestros corazones y pueblos.

El Buen Samaritano caminando de Jerusalén a Jericó veía al pobre judío medio muerto a causa de tantos golpes y torturas. Enseguida sintió compasión en su corazón y se acercó a la victima para ayudarle en la misericordia. El amor es más fuerte que la muerte, y vence el pecado. Seamos como Nuestro Padre Celestial, que manda su sol y su lluvia a los buenos y los malos sin distinción. Pero la misericordia no se contenta con una oración o una limosna y nada más. La palabra es una fuerza de acción, y la oración es una fuente de obras. El Buen Samaritano no buscó a otras personas, para pagarles, para que cuidaran al enfermo. No, el mismo paró el transcurso normal de su vida y trabajo y trató de ayudar al herido. Lo llevó a una pensión, dejándolo en las manos de gente de buen corazón con la promesa de pagar todos los Entonces, ¿quién es el Buen Samaritano? Es el que ve mis necesidades en el camino de la vida y quiere ayudarme en todo lo que puede. Es el que siente la compasión en su corazón por el dolor de los otros y quiere acercarse para ayudar en todo lo que puede. Es el que está dispuesto a cambiar su itinerario planificado para atender al que cayó en las manos de los asesinos y ladrones de este mundo. Es el que no vive tan apurado en la vida, que no puede interesarse personalmente en el sufrir de los otros. Es el que cubre los gastos de la Caridad con alegría en su c„rajón, porque Dios ama a los generosos. Es el Mismo Jesús, ayer, hoy y por toda la eternidad, cada Cristiano que conoce que los cristianos más auténticos son peregrinos del Amor y no simplemente Mensajeros de la Verdad; Obreros de la justicia, y no simplemente Misioneros de la Vida. As, el mundo va a conocer que ustedes son mis discípulos, si se aman los unos a los otros Constructores de la Paz.

 

"JESÚS VIVE"

 La vida es como una universidad llena de enseñanzas y misterios. Sin duda el Misterio de la Vida y la Muerte es un secreto que las ciencias humanas no pueden penetrar. Solo la Sabiduría de Dios, que abarca todo, nos ilumina del más allá. Cada ser humano es un secreto que está revelado plenamente en Cristo. El Señor Jesús es la única persona que ha resucitado de la muerte. El prometió resucitar al tercer día. Es la profecía más grande en toda la historia humana. Es la victoria más gloriosa en todas las guerras y combates espirituales. Es la derrota de Satanás y sus legiones, que hace la liberación de cada persona posible. La muerte espiritual por los pecados mortales es la muerte más terrible porque la Nueva Vida sale del alma dejando una soledad muy grande y un vacío espiritual que solo El puede llenar. La gracia llamada santificante, es un participar en la vida de Dios. La muerte física en cuerpo es pasajera y superficial. Pero, la muerte espiritual es profunda y eterna. La luz de la Fe cambia en la visión que beatifica a los ángeles y los santos en gloria. La vida de la Esperanza termina cola posesión de Dios Padre. En fin, el Amor de Dioses lo más grande y perdura por toda la eternidad.

Jesús mismo es el gran sacramento del Padre. El manifiesta y comunica la misericordia de Dios en perdonar los pecados mortales arrepentidos y confesados. Su Resurrección es el Misterio princi­pal del Cristianismo. Ningún ser humano ha vuelto de la muerte sino Jesús. En su nueva Vida es fuente y fin de la humanidad salvada. Creer en El Resucitado Salvador es el primer paso en vencer la muerte física y espiritual. Pero el segundo paso de celebrar la victoria sobre la muerte es mucho más gozoso. Cuando la comunidad cristiana está celebrando el Misterio pascual en cada Misa, Dios está dando la Nueva Vida a sus fieles. No hay duda que la Eucaristía bien celebrada es capaz de resucitar muchos hermanos que viven esclavizados por el temor de la muerte. El "trabajó" del Resucitado Salvador es comunicar la Vida de Esperanza a sus discípulos que frecuentan la Eucaristía. Tantas veces al celebrar una Misa de cuerpo presente todos los participantes sienten la presencia del muerto, ya vivo, en Cristo Resucitado. Más que en todos los cementerios, es la presencia Viva del Señor en la Comunión con el Cuerpo y Sangre de El.

La Iglesia de Jesús es como un sacramento e instrumento de la unión con Dios y con toda la humanidad. La presencia del Señor Jesús en la Eucaristía es fuerza de los débiles y humildad de los fuertes. Dios es el Señor de Abraham, Isaac y Jacob, Dios de los Vivos y no de los muertos. El vive abundantemente en cada comunión para alimentar, nutrir y santificar su Pueblo. Después de creer y celebrar la Eucaristía hay que vivir y convivir con El. En fin, toda la presencia de la hermandad, en la consagración y en la comunión, está para suplir una presencia más y más real y personal. Jesús murió en la Santa Cruz para salvar a toda la humanidad. En su Resurrección es por los creyentes El es el modelo más libre para dar una mano de misericordia. Cuando pensamos en las manos libres para construir un mundo nuevo, una civilización nueva y un nuevo libro de inscritos. Dios está llamando a toda América Latina frente a la Cruz, para arrepentirse.

 

EUREKA!, EUREKAI

Así gritó el famoso filósofo griego, Arquímedes, cuando descubrió algunas leyes naturales del comportamiento de los cuerpos en los líquidos. Simplemente observando el agua desplazada de su bañador, por su cuerpo nadando. El recibió una iluminación científica, así el “principio de Arquímedes” es válido hasta hoy día. Así pasó con Karl Ramer cuando él recibió los borradores del Concilio Vaticano II. En ver una nueva pluralidad de "teologías" y una nueva metodología para hacer teología. El gritó: "Gracias a Dios, la Teología vive otra vez en la Iglesia Católica. Ya no es una cuestión de comentarios sobre la Suma de Santo Tomás o manuales y compendios de teología moral según San Alfonso. Ahora los teólogos son hombres y mujeres de Fe, que comienzan sus estudios científicos con la revelación divina en la mano y la Biblia sobre el escritorio. Ya otra vez se necesita Fe y oración, Esperanza y meditación para pensar bien sobre los misterios de la Salvación. Como an­tes, con los grandes doctores, la teología sapiencial vive más por Fe y oración, por el Espíritu y Sus Carismas, que por mucho estudio exegético con sus hermenéuticas científicas.

Así pasa cuando alguien está leyendo el documento de Santo Domingo: "Mensaje a los pueblos de América Latina y el Caribe". Uno se siente llamado a hacer un acto de humildad y Fe frente a Jesús, crucificado y resucitado que quiere caminar con su Pueblo, con el Amor Redentor en cada corazón. Otra vez con San Pablo, alguien quiere regocijar en la Nueva Vida de Jesús presente en las celebraciones. Sobre todo el Señor está derramando su Espíritu Santo como en principio, como un Nuevo Pentecostés. Otra vez la alegría Cristiana vence la tristeza mundana en la hermandad. Alguien escucha a personas decir: "Mira como ellos esperan una Nueva Creación como hijos victoriosos sobre los gemidos y llantos de la antigua creación llena de pecados . La nueva manera de realizar el Cristianismo es: creer para ver, esperar para vivir, celebrar para convivir; amar para actuar y reconciliar para solidarizar. Sí, todo lo hago nuevo, dice el Señor.

Como en el primer Pentecostés. El Espíritu que llenó la Iglesia y sus Apóstoles es muy misionero. El documento habla principalmente de una Nueva Evangelización; nueva en método, expresión y ardor. Toda América Latina tiene que escuchar de Nuevo la Buena Nueva de Jesús que vive en sus discípulos ardiendo más y más en el fuego del Espíritu. Todos tienen que sentirse misioneros capaces de usar los medios electrónicos y expresar en prédicas sencillas que "Jesús es el Señor", "el Mismo Salvador, ayer, hoy y por toda la eternidad". Los laicos, bien convertidos, y los pobres, bien evangelizados, serán los mensajeros de Jesús y misioneros de Su Vida en ambientes muy duros por la droga, el alcohol y el sexo. Los jóvenes y las mujeres serán los peregrinos del amor y los obreros de la justicia en construir un nuevo orden social más justo, fraterno, libre y verdadero. Así, la Nueva Evangelización llega al mundo en el poder del Espíritu, para realizar la promoción humana y la cultura Cristiana sin las amarguras, resentimientos y violencias de antes. Ahora es urgente una nueva teología de la liberación, muy bíblica y muy profética, muy salvífica y muy histórica. Debido al fracaso del socialismo Marxista y el capitalismo liberal, la puerta a un mundo nuevo está abierto a los hijos de la Resurrección.

 

El Encuentro NUMERO 13

El año 1.980, comenzamos los encuentros internacionales del Nuevo Pentecostés. Este año, 1.992, fue muy importante por celebrarse el 5to. Centenario de la Primera Evangelización de América Latina. Sin duda, desde el primer día, el espíritu de algo nuevo sopló durante las celebraciones, conferencias y reuniones. Las delegaciones más nutridas de Argentina, Perú y Para­guay, expresaron su sorpresa en ver la hermosura del Pahuichi. El lema del encuentro, "Escuchad Américas, la Verdad os hará libres”, con su canto, causó una sensación de ser libres de las esclavitudes humanas para vivir una nueva vida. El continente joven y de esperanza está sufriendo una miseria económica y social que hace la alegría de una fiesta de Fe, muy difícil. Pero la Verdad más grande del Cristianismo llegó con Cristóbal Colón y sus marineros, "Jesús es el Señor". A pesar de que la Cruz y la espada están muy mezcladas durante cinco siglos, la llegada de Jesús a las Américas, merecía una celebración con muchas banderas y colores. No hay que celebrar la avaricia de los conquistadores, la crueldad de los soldados y la prepotencia del rey. Más bien toda la conquista, llama a la raza blanca y mestizada a un arrepentimiento sincero con una reconciliación en Cristo. La Iglesia Católica con su tesoro espiritual en la Biblia y los Sacramentos llegó a las Américas con Colón, y hasta hoy día es el único continente Cristiano por tradición y costumbre.

Las 26 banderas de los países libres en las Américas con las 3.000 pequeñas banderas, enseñaron una verdad muy grande: Para los cristianos hay una sola bandera que es capaz de unir y purificar todas las otras banderas, la Santa Cruz de Jesús". La bandera de la Cruz es la más grande, porque es la única capaz de purificar y unificar a todos los países como un sólo Pueblo, bajo una sola bandera de amor y esperanza con la Luz de Cristo. El Poder de la Santa Cruz, que obra en las celebraciones, simboliza la unión de los países con la bandera del Amor. Es muy fuerte decir que la locura de la Cruz es más sabia que la sabiduría humana sin la Cruz. Las banderas del Amor nacionalista tienen que morir para ser hermanadas con la única bandera, Jesús es el Señor. El poder de la Cruz viene de la Resurrección de Jesús penetrando el amor exigido de todos. La pobreza y la corrupción son signos que el Cristianismo no tiene la fuerza moral para inspirar el cambio social que Dios quiere.

Los cuadros de Jesús y la Virgen María comunican un espíritu fuerte capaz de renovar la faz de la tierra. La Nueva Evangelización tiene que destacar la victoria de Cristo Resucitado sobre todo lo malo en la historia humana. El es el mismo Jesús que llegó a las Américas, pero ahora, muchos de los cristianos necesitan sentir del Poder del espíritu obrando maravillas en el Misterio Pascual. Para muchos, Viernes Santo es la celebración más importante, con la procesión del Santo Sepulcro. Pero ahora, Dios Padre quiere destacar al Resucitado Jesús en el Poder del Espíritu. Jesús llega ahora a la nueva cultura con poder para vencer lo malo y comenzar su Reino de Gozo, Paz y justicia. La devoción ala Virgen María es mucho más ahora, "Ven con nosotros a caminar Santa María, Ven!

En fin, tanto la Misa de entrada como de la clausura, tenía miles y miles de feligreses, libres para perdonar y amar, para construir puentes de unión y no muros de separación. La Iglesia nunca quiere celebrar los atropellos y los pecados de los pecadores. Pero ahora, la Iglesia puede mandar a misioneros a todas partes de Bolivia. Sí, qué grande es mi Dios. Grande, grande es su amor!

 

 

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