Libro 7           09 - 12        Cada una de estas páginas contiene 4 cartas

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CARTA 2
CARTA 3  
CARTA 4 
 

“ LA DIMISION DE ALGUNOS OBISPOS”

            Hemos visto a muchos sacerdotes y religiosos dejar sus hábitos, volver al mundo como laicos después de los cambios radicales del Vaticano II.  Siempre tuvimos algunos hombres ordenados y religiosos y consagrados por votos perpetuos, que no encontraron la paz personal y la alegría ministerial en servir al rebaño de Cristo en sus vocaciones.  Algunos sufrieron demasiado y terminaron alcohólicos, concubinos o psicológicamente afectados.  Eran pocos y era fácil conseguirles una dispensa de Roma.  Pero después  del Concilio, muchos de los mejores comenzaron a cuestionar el celibato clerical, la  obediencia infantil y la pobreza Evangélica.  Hemos tenido 25 años de crisis vocacional y abandono sacerdotal.  Las razones son múltiples, y justamente cuando las vocaciones  a la vida consagrada comenzaron a repuntarse, particularmente en América Latina, algunos nuevos problemas están brotando.

            Ahora algunos Obispos, relativamente jóvenes todavía, están pidiendo permiso de Roma para dejar el ministerio episcopal  para servir a Cristo como misioneros en obras heroicas de la caridad como el Cardenal Lercaro con lo leprosos en Africa.  ¿Por qué? Sin duda una de las razones es la iglesia institucional que no quiere poner en práctica el “Aggiornamento” del Concilio.  Hay  muchas personas, (laicos, religiosos y sacerdotes), bien cerrados y conservadores frente a los cambios esenciales en la liturgia, la catequesis y la pastoral.  Otros están  predicando ideologías políticas y partidistas más que el Evangelio.  Algunos descuidan sus vidas espirituales  y las celebraciones sacramentales tratando de vivir según  el Evangelio social y sus compromisos temporales.  El pobre Obispo tiene que escuchar a todos y trata de mantener la unión  y la paz entre los hermanos.   Llega el día que “el hombre viejo” está cansado y frustrado y quiere dejar la pastoral episcopal.

            Otros obispos encuentran un problema sin solución en el celibato obligatorio en la Iglesia occidental.  Muchos de sus sacerdotes ya vienen públicamente con sus familias y son capaces de explicar y defender teológicamente sus compromisos cristianos como en Austria.  Pero sin duda el problema principal es tener tantos seminaristas y sacerdotes con problemas graves de masturbación habitual,  homosexualidad activa y característica femeninas como “Maricones”.    Algunos estiman que 30% del clero en muchas diócesis tienen problemas serios de mal ajustamiento sexual.  No falta bastante juicios públicos contra obispos, sacerdotes y religiosos por abuso de niños o maltratar a adolescentes y jóvenes bajo su tutelaje de orfanatos, asilos y albergues de toda clase.  La mala publicidad está llegando a los medios de comunicación  social causando escándalos graves y juicios sumamente  caros. Muchos obispos no aguantan tanta responsabilidad pastoral por problemas institucionales que no tienen solución.

            Pero hay algunos obispos de muy buena voluntad y vida que no quieren ser administradores o funcionarios profesionales sin contacto directo y personal con su rebaño.  Algunos ven que la pastoral  es tan exigente que no hay tiempo para orar y meditar como antes.  Ellos prefieren dejar las obligaciones episcopales a otros sacerdotes más jóvenes o más activos por temperamento y vida.  Algunos piensan que es necesario redefinir  el compromiso pastoral  de los obispos para darles más descanso espiritual y corporal.  Lo que es seguro, la iglesia institucional tiene que ser mucho más  realista, en las funciones y exigencias asignadas a los obispos para que a ellos les guste. Cristo dice, “Cuídense ustedes y todo el rebaño a cuya cabeza los ha puesto el Espíritu Santo como Obispos para apacentar la Iglesia de Dios, que el adquirió con su Propia Sangre”.

 

        “ JESUS, ¿QUÉ TENGO QUE HACER?” 

            Si, Señor, ¿qué tengo que hacer para entrar en la Nueva Vida, la Vida que solo tú puedes dar?  El Buen Pastor dice,  “yo he venido para darles vida y vida abundante”.  Algunos piensan que la única manera de recibir la Vida de Jesús es obedecer los mandatos.  Pero el Señor nunca quiere que el Cristianismo sea como la Ley de Moisés  con los 3.000 mandamientos.  En cierto sentido el Nuevo testamento tiene un solo mandamiento nuevo, que se amen unos a otros.  Ustedes se amarán unos a otros como yo los he amado.  El amor fraternal entre hermanos en Cristo, es el gran signo  de los Cristianos.  Si somos hijos del mismo Padre en Cristo, somos “Iglesia”, somos Hermanos.  Lo que encontramos en las enseñanzas  de Jesús son los consejos.  Si ustedes quieren ser mis discípulos, niéguense a si mismos, tomen su Cruz, y anden en pos de mi.  Si ustedes quieren ser completamente felices, vayan y vendan lo que tienen, dénselo a los pobres, y así tendrán un tesoro en el cielo.  Después vengan i síganme.  El Señor quiere hombres y mujeres nuevos, quienes sean libres de una multiplicidad de reglas pata entregar todo a El.  

            Jesús es el gran Maestro de los corazones más que de las mentes.  Fácil es enseñar la verdad de la ciencias que hacen buenos físicos y químicos, pero dejan el corazón vacío.  Formar los corazones, es más por imitar la vida de los buenos que por estudiar los libros intelectuales.  La justicia está en el corazón de los justos y hace a la persona buena y sus actos nobles.  Hay que presentar a los jóvenes, los héroes de la vida más que los grandes pensadores.  Cuando alguien de los ideales realizados de los santos, todos se sienten inspirados, elevados e incentivados.  Nacimos en este mundo  con corazones fuertes y llenos de talentos.  Pero no hay nada de vicios, virtudes, nada de actividades egoístas o altruistas.  Todo depende de la formación en familia, la corrección fraternal en la iglesia y el sistema de premios y penas en la vida.  El mentiroso y el ladrón no nacieron así. Por muchas mentiras y robos, el vicio entra y crece en el corazón mal acostumbrado a actuar mal.  Un día la persona misma es ya un mentiroso o un ladrón.

            El gran interés del Señor Jesús, es tener Cristianos tan libres de los vicios y pecados graves, que ellos puedan decir, “mi alma está en mis manos, y mis manos están en las manos del Señor de Galilea.  Mi Jesús te cuida y guía, noche y día sin cesar.”  El combate espiritual es mucho más importante que las peleas, las luchas y guerras físicas.  En juego está la felicidad temporal y eterna.  Dios, en su bondad, quiere infundir su gracia en vuestros corazones que es un participar en su propia vida.  Cultivando y cuidando que la presencia del Padre crezca en el interior.  Tener una amistad verdadera con Dios, es el gran privilegio de los Cristianos.  La caridad es una amistad muy especial, uno con otro, en el Señor.  La Fe brilla en la mente, produciendo una luz que intensifica las convicciones y abre el espíritu  humano a la vida divina.  Pero cuando toca el corazón, las esperanzas encuentran su armonía en “La Esperanza”, se regocija en amistad con El. Y esta esperanza no nos engaña, porque la Gracia y el Amor del Espíritu  entran llenando el corazón  de la Nueva Vida, la Vida que nunca termina, la Vida Eterna.  Jesús quiere discípulos libres de la multiplicidad de mandatos en al Ley de Moisés.  Sí, Jesús quiere hermanos que se regocijen en los Consejos del Señor.

 

      “¿QUÉ   QUIREN  DE  MI?”

            “Maestro, queremos que nosotros podamos sentarnos, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda cuando estés en tu Gloria”.  Así los dos hijos de Zebedeo; Santiago y Juan, expresaron su deseo de ocupar los primeros lugares en el Reino de Cristo.  Hasta hoy en día, una de las tentaciones más grandes es la ambición al poder, y poder político.  Hay algo de vanidad en todos nosotros como consecuencia del pecado original. Figurarse como número uno, y lucirse  como el más importante, es como un cáncer socavando las buenas intenciones de ser Cristianos fieles.  Pero mucho más allá de la vanagloria está el orgullo, la soberbia como “la madre” de todos los otros pecados.  El Salmista canta , “En Dios solo descansa el alma mía, de El viene mi esperanza; mi salvación, mi roca solo es El”  El orgullo clama, “alma mía descansa en su riqueza y su belleza, de esas cosas vienen su poder y su prestigio”.  ¡Sea su propio dios! ¡Construya una nueva cultura sin Dios y su Cristo.  Hay que marginar a Cristo de su vida, porque en los márgenes, El no va a molestar su conciencia e imponer la Palabra de Dios  como más grande que la palabra humana.

             La respuesta de Jesús a ellos es aún más fascinante, “No saben lo que piden”.  Entrar en su Reino es beber la Copa con El y ser bautizados con el bautismo de El.  Ser bautizado en Cristo es nacer de nuevo.  Es tener un corazón nuevo, y no viejo.  Beber su Copa es morir con El en al Santa Cruz, para resucitar nuevos hombres y mujeres.  Si el grano de trigo no cae en tierra y muere queda muy solo.  Pero caer en tierra fértil y morir es producir una cosecha maravillosa.  Un estudiante le preguntó a Tomás de Aquino, en que universidad o en qué libro él adquirió  su sabiduría. El apuntó la Santa Cruz y le dijo al joven: “Ese es el libro de la vida.  Ponte a los pies  del crucificado largo rato cada día, y el Espíritu iluminará nuevos horizontes para ti”.  Nadie puede decir, “Jesús es el Señor”, si no es en el Espíritu. Cuantos no tienen tiempo pata las cosas de Dios.  Una jovencita nos dijo hoy día, “Padre, a mí me gusta mucho orar y meditar, celebrar y contemplar, pero no tengo suficiente tiempo libre para las actividades de mis estudios y mi familia.  Hace tres años que soy  casada y tenemos una niña muy hermosa.  Recién estoy aprendiendo como es cuidar mi casa y escuchar a mi Señor”.

             Qué maravillosas son las enseñanzas sobre la Vida de Gloria de Jesús en su Reino.  “El que quiere ser el más importante entre ustedes que se haga el servidor de todos”.

 

       “ TODOS   SANTOS ” 

            La alegría Cristiana en toda su plenitud, así es la santidad de los Santos.  El amor sin mancha y sin arruga, la esposa santa e inmaculada, así es la santidad de la Iglesia, Esposa de Jesucristo.  La Luz que brilla en las tinieblas del pecado, y vence la noche oscura de tentación; eso es la santidad de Dios – Padre en su Creación.  La libertad del Espíritu de Cristo, que obra las maravillase en los Hijos del Señor, eso es la santidad del Espíritu.  Cuando la Visión del Rostro de Dios termina la Fe, y la Posesión de Su Bondad cumple  la Esperanza, y el Amor de los Amores corona la caridad, la santidad del Cielo está en toda su gloria.  Pero cuando la Gracia Divina rompe la oscuridad humana, el germen de la santidad del Cielo comienza en el corazón humano.  Concebidos y nacidos en el pecado original, somos salvados y renacidos por Gracia Bautismal. “Nacidos del Amor para la Vida, vivieron un amor nunca acabado, murieron un amor crucificado en una carne débil no abatida”.  Así son, “Todos Santos”.

            Cuando elevemos nuestros corazones más allá del sol, vemos con Juan,  “un gentío inmenso imposible de contar.  Llevamos  palmas en las manos y gritaban con voz poderosa; ¿Quién  salva sino nuestro Dios?  Y nace en nuestros espíritus convertidos por Cristo tres deseos muy grandes.  EL primer deseo es compartir con ellos la alegría Cristiana.  Son nuestros hermanos mayores, los ángeles  y los santos en plena gloria.  Felices son aquellos que mueren en el Señor.  Descansan de sus tribulaciones y buenas obras les acompañarán.  Ya ellos están en la meta del combate espiritual, la felicidad perfecta.  Y nosotros lo peregrinos del amor, sentimos un segundo deseo: acercarnos diariamente a Jesucristo en la unión más íntima  que es posible en la tierra.  EL dijo a Martha, “Yo soy  la Resurrección, y la Vida.  El que cree en Mí, aunque esté muerto, vivirá y el que haya creído en mí, no morirá para siempre.  ¿Crees esto?  Si, Señor, nosotros creemos en lo que experimentamos en ti cada día, la Gloria de tu Resurrección.  Y el tercer deseo grande es recibir de ellos el apoyo de su amistad y  la fuerza de su ejemplo.  Con cada uno, y con ellos el apoyo de su amistad y la fuerza de su ejemplo.  Con cada uno, y con todos ellos queremos cantar:  “Ven con nosotros a caminar, Santa María Ven! “Hirieron con la Sangre de su Herida, floreció su Bautismo en el Amado, con  una santidad comprometida.  Así son “Todos los Santos”.

            No hay duda, el momento más privilegiado para vivir la comunión con los santos es la Eucaristía.  ¡Aquí tienen el Pan que bajó del Cielo para que lo coman y ya no mueran.  Yo soy el Pan Vivo bajado del Cielo, el que coma de este Pan vivirá para siempre.  Cuando el Resucitado Salvador está presente, también los ángeles y santos están.  En la Casa de mi Padre hay muchas mansiones, muchas moradas eternas.  “Danos, Padre, gozar tu compañía, ser testigos del cielo aquí en la tierra y, como ellos vivir en alegría. “ Así son, Todos Santos, Amén.

La entrada en el descanso espiritual es por Fe y no por una multiplicidad de obras buenas.  Una vez del  descanso no hay fatiga, tensiones y trabajos nerviosos.  La Fe salvífica causa la sensación espiritual de que Dios es muy accesible y disponible a todos.  La confusión desaparece de la mente y los pensamientos humanos se convierten en pura Luz.   Esta “Luz Tabórica” es como un baño espiritual  que sana el cansancio psicológico y brilla en el corazón, en la cara de los fieles.  El día del Señor, cada domingo, debe ser el gran descanso para el pueblo entero.  Es un descanso en lo bello, lo bonito y lo verdadero de la creación que produce un alivio de las penas de cada día.  “Como anhela la cierva estar junto al arroyo, así mi alma desea, Señor, estar contigo.  Sediento estoy de Dios, del Dios que me da vida.  ¿Cuándo iré a contemplar el rostro del Señor?”  Hermosos sobre los montes son los pies del aquel que anuncia la paz, la paz.

 

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